Tacna (Agencia Fides) – «Los emigrantes son tejedores de integración en el ámbito social, político, económico, cultural y religioso de las naciones». En efecto «los procesos de cambio de la población entre las naciones enriquecen las comunidades con los valores del interculturas, engendrando sociedades nuevas, más humanas y solidarias». Incluso «las diferencias y las dificultades constituyen una ocasión de diálogo y comunión y una oportunidad para una convivencia pacífica y fraterna».Es cuánto afirma el Mensaje final titulado «Migrantes: tejedores de integración equitativa en las fronteras entre Bolivia, Chile y Perú» hecho publico al final del II Encuentro de Pastoral de Movilidad Humana de frontera, que se tuvo el 28 y 29 de octubre en la Casa de la obra Kolping, en Tacna (Perú). El objetivo del encuentro fue reflexionar y analizar el fenómeno de los movimientos migratorios en las regiones confinantes de Bolivia, Chile y Perú, para definir un plan de acción coordinado para la evangelización que garantice a los millares de emigrante consultoría, acompañamiento y asistencia espiritual. En esta perspectiva, participaron en el evento los Obispos de las diócesis confinantes junto a los encargados del Departamento de pastoral de movilidad humana de las Conferencias Episcopales. En su mensaje final, los Obispos notan con profunda preocupación que el proceso de globalización desigual que caracteriza el nuevo milenio, causando desequilibrios económicos y demográficos regionales y mundiales como la pobreza y la falta de fuentes de trabajo, los conflictos sociales, las guerras y el terrorismo, son las causas que intensifican la movilidad de las personas, en busca de nuevas expectativas y oportunidades de vida. Además, «este fenómeno asume un especial dramatismo por las condiciones de explotación, xenofobia, soledad y desarraigo en que se desarrolla.» En este contexto, los Obispos llaman la atención sobre el hecho de que «políticas restrictivas al libre tránsito y a la residencia de las personas no son una solución al fenómeno, sino que favorecen un mayor incremento de las migraciones irregulares, el tráfico y trata de personas y la explotación laboral de los inmigrantes». Por ello, exhortan a los Estados, a la sociedad civil y a la misma Iglesia a unir sus fuerzas para definir políticas conjuntas y programas de intervención idóneos a los nuevos desafíos que plantea este fenómeno. (R.Z) (Agencia Fides 10/11/2004; Líneas: 32 Palabras: 400)

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