CHILE. El Obispo de Rancagua y Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Mons. Alejandro Goic Karmelic, admite que sintió temor cuando varios obispos le insinuaron la posibilidad de la Presidencia antes de la elección. “Recé y me entregué a lo que el Señor dispusiera. No me fue fácil”, expresó. El Obispo de Rancagua considera normal que existan diversas sensibilidades al interior de la Iglesia, y agrega que lo importante es la capacidad de diálogo. “Lo único que anhelo es ser fiel a Jesucristo, a su Iglesia y en el servicio a los hermanos, particularmente a los predilectos del Señor. Ser, como todo obispo, un reflejo, en medio de nuestras limitaciones, del Único Pastor de nuestras vidas, Jesucristo”, expresa. Mons. Goic también se refiere a los desafíos que deberá enfrentar la Iglesia en Chile durante el próximo tiempo, como la preparación de las próximas Orientaciones Pastorales, la canonización del Padre Hurtado Sobre las próximas elecciones presidenciales, el Presidente del Episcopado considera que ellas constituyen un momento importantísimo en la vida democrática de un país. “La Iglesia debe llamar a realizarlas en profundo respeto, en sobriedad, evitando gastos superfluos y promesas que después resultará imposible cumplir. Valorar el servicio público, hecho con honestidad y responsabilidad, como un verdadero apostolado”, manifiesta. Mons. Alejandro Goic también responde a preguntas formuladas por un obispo emérito, dos vicarios y una animadora de pastoral solidaria. En una de las respuestas, admite, con humildad, que a la Iglesia le ha faltado en relación a los jóvenes un “anuncio más claro y explícito del gozo de seguir a Jesús y su Evangelio. Muchas veces, me parece, hemos parcializado el Evangelio y la persona de Jesús, con exigencias morales”, puntualiza. También se refiere a los desafíos que supone Evangelizar en el contexto de una época de cambios. “Todo tiempo es tiempo de Gracia y de Salvación. El Papa nos habla de nueva evangelización ¿Dónde está la novedad? El Evangelio es Buena Nueva ayer, hoy siempre. La novedad no está, pues en el Evangelio. Es eterna novedad. La novedad está en los tiempos. Los de hoy no son los de ayer. La gran tarea de la Iglesia es cómo anunciar esta Buena Nueva en el hoy de nuestra historia. Cómo mostrar el rostro de una Iglesia misericordiosa y acogedora. Cómo enseñar la verdad del Evangelio como propuesta salvadora y liberadora hoy. Son desafíos pastorales inmensos”, concluye Mons. Alejandro Goic Karmelic, Presidente de la CECH. Fuente, oficina prensa, EPISCOPADO

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