Cabe por ello esperar que los seguidores del humanismo cristiano actúen en este ámbito en total consecuencia.

Señor Director:

La Democracia Cristiana está en un momento decisivo. Si en muchas materias hay divisiones en sus filas y entre sus parlamentarios, ahora ella se ha expresado en uno de aquellos valores esenciales que siempre defendió: la intangibilidad de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural.

Hay «rebelión en la granja» dentro de la Comisión de Salud, pues los dos diputados de ese partido apoyan legislar en favor del aborto. Quizá nunca su dirigencia se había enfrentado a un tema tan delicado y que toca, en su misma esencia, los fundamentos doctrinales de partido. El proyecto de ley de aborto de la Presidenta Bachelet saldrá adelante o no según el deseo de la dirigencia democratacristiana. Será, de alguna manera, la ley de aborto a la que dio luz verde la DC. Sin duda, una gravísima responsabilidad.

En estos días han concurrido a la Comisión de Salud los obispos Goic y Chomali. De sus intervenciones no queda duda de la postura de la Iglesia. La misma Iglesia a la que adscribe un porcentaje elevado de los miembros del partido y en la cual nació él mismo. Todo esto trae el recuerdo de las figuras históricas de la DC. Frei, Tomic, Leighton y Aylwin, entre otros, y su diálogo con los obispos de su época, especialmente Manuel Larraín, de Talca, de profunda amistad y cercanía con el Presidente Frei Montalva. ¿Qué diría sobre este tema don Manuel a don Eduardo?

El aborto no es política, es humanidad pura y simple. Cabe por ello esperar que los seguidores del humanismo cristiano actúen en este ámbito en total consecuencia.

Todo proyecto que permita el aborto directo tiene siempre un reproche ético claro. El que ha presentado el Gobierno es particularmente confuso, poco riguroso y con una abierta predisposición a caminar al aborto libre. Así lo han expresado los muchos expertos que han llegado hasta la Comisión de Salud.

La Democracia Cristiana busca una salida alternativa. Distinciones sutiles acerca de lo que significa despenalizar y lo que implica aprobar. Un reciente documento que se ha conocido ha dejado en evidencia las actuales dificultades internas. Sin embargo, tendrá que enfrentar el tema tarde o temprano. Dos de sus diputados en la Cámara tienen la palabra, y pueden dar lugar al desencadenamiento de un proceso que termine por introducir el aborto en Chile. ¿Tendrán ellos el derecho de hacer valer sus propias opiniones en una materia medular del pensamiento de un partido cristiano? Esa pregunta deben contestarla los actuales dirigentes, pero los chilenos esperamos que en una materia tan delicada se impongan la verdad y la sensatez y la coherencia con la historia del PDC.

Samuel Ovalle Madrid

Fuente:

Cartas al Mercurio, Domingo 26 de julio de 2015

http://www.elmercurio.com/blogs/2015/07/26/33813/La-DC-y-el-aborto.aspx