Terremoto en Turquía y Siria. Obispo de Alepo: “Es una situación apocalíptica”


La Iglesia y diversas entidades han empezado ya a ayudar tras el seísmo que ha dejado más de 640 muertos entre Turquía y Siria
La guerra, las sanciones, y ahora el terrible terremoto

Fuente:   María Martínez López AGENCIA ALFA Y OMEGA

                 Religión Confidencial

«Un desastre total”. Con una frase, seca y dramática por la magnitud de la devastación, el vicario de Anatolia y presidente de Cáritas Turquía, Mons. Paolo Bizzeti relata a AsiaNews el terremoto que ha asolado Turquía durante la noche y que también causó cientos de muertos en la vecina Siria.

El prelado se encuentra estos días en Italia para unas jornadas pero busca billetes para regresar a Turquía de forma inmediata. Confirma que hay al menos 200 edificios derrumbados entre ellos la iglesia de la Anunciación, un edificio del siglo XIX; la pared y el techo de la iglesia siríaca y la iglesia ortodoxa.

Bizzeti ha anunciado la «apertura de una suscripción» para ayudar a la población local. Por su parte John Farhad Sadredin, responsable de Caritas de Anatolia (Turquía) que también se encuentra en Italia para el mismo evento, ha explicado que unas 70 personas que se han quedado sin hogar están alojadas en una iglesia de la comunidad.

Siria: una situación apocalíptica

Por su parte, las comunidades cristianas de Siria que ya se enfrentaban a una difícil situación tras más de una década de guerra, persecución y, más recientemente, una agobiante crisis financiera, se ha visto afectada por este terremoto.

Monseñor Antoine Audo, obispo de Alepo de los Caldeos, explica a Vatican News el horror que ha vivido: estábamos en el tercer piso, el miedo era enorme y ahora toda la gente está en la calle, con frío y bajo la lluvia. No estamos acostumbrados a este tipo de sucesos, es la primera vez que veo algo así en Alepo», dice mientras suenan las sirenas de los coches de rescate.

«Esta noche dormiremos a la entrada del obispado o en otro lugar, ya veremos qué hacer. Hay mucho miedo, hay daños por todas partes, incluso en la catedral. Las bibliotecas están destruidas, las casas se han derrumbado: es una situación apocalíptica».

Primero la guerra y ahora el terremoto

Mons. Audo, expresidente de Caritas Siria, relata el momento del terremoto: «Sentimos el terremoto muy de cerca. Teníamos mucho miedo, siguieron tres temblores muy violentos en menos de dos minutos. Se han reportado daños en Alepo, Tartus, Idlib y en muchas otras ciudades de Siria hay edificios derrumbados. Aquí en el obispado han caído piedras de la mezquita cercana, parte del minarete se ha derrumbado. Hay daños en toda la ciudad, primero la guerra que causó tantos daños y ahora el terremoto… ahora vamos a evaluar los primeros estimados, luego con las diversas organizaciones cristianas nos moveremos para llevar ayuda a las poblaciones afectadas”.

Muchas ciudades y pueblos con una importante población cristiana, como Alepo, Homs, Latakia y Hama, se han visto gravemente afectados. La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), en contacto con la Iglesia local, ya ha confirmado que algunos cristianos de estos lugares murieron o resultaron heridos, aunque, por el momento, todo su personal local y sus socios de proyecto han sido contabilizados y se encuentran bien.

Se derrumba la residencia del arzobispo

Un sacerdote, el padre Imad Daher, ha muerto al derrumbarse la residencia del arzobispo emérito de los greco-católicos melquitas de Alepo, Jean-Clement Jeanbart. El propio monseñor Jeanbart, antiguo socio de proyectos de ACN, escapó por los pelos y actualmente está siendo tratado de sus heridas en el hospital, aunque se encuentra estable. Otro cristiano que se encontraba en el edificio en ese momento también falleció.

También se han registrado daños estructurales en algunos edificios, como la catedral sirio-ortodoxa de San Jorge, en Alepo, la iglesia franciscana de Latakia y daños menores en el Centro Esperanza, apoyado por ACN, también en Alepo.

«La Iglesia en Siria está conmocionada por la catástrofe. Incluso en lugares tan lejanos como Beirut, la gente salió a la calle, preocupada por si otra explosión estaba a punto de desestabilizar su país. Por ahora, la Iglesia está pendiente de su gente y de sus familias. Todo el personal de ACN en Alepo, Homs y Damasco se encuentra bien. Estamos preocupados por Mons. Jean-Clement Jeanbart, antiguo arzobispo católico melquita de Alepo, cuyo edificio se derrumbó y de quien nos han dicho que está ahora en el hospital pero recuperándose», declara Regina Lynch, directora de proyectos de ACN Internacional, que también pidió oraciones por todos los muertos, heridos o afectados de otro modo por la catástrofe natural.

Arzobispo de Homs

Por su parte, el arzobispo de Homs, Jean Abdo Arbach, ha afirmado que los 30 segundos que duró el terremoto, «cambiaron por completo la vida de miles de personas».

«Esperemos que el seísmo sacuda los corazones de las comunidades internacionales y de todos los líderes mundiales, para que ayuden a Siria y no olviden a la gente que está sufriendo. La población se encuentra en un estado de absoluta desesperación y angustia. Hay gente deambulando por las calles, sin saber adónde ir y buscando desesperadamente a familiares y amigos. Muchas personas han muerto o están desaparecidas», dice a ACN el arzobispo, que también es presidente de la rama siria de Cáritas.

Los proyectos de ACN existentes sobre el terreno, incluidos los comedores de beneficencia, el apoyo a los ancianos y el proyectos sanitarios, seguirán ayudando a la población, que ahora está más necesitada que antes.

Por su parte Cáritas Europa se está movilizando para ayudar a la población, y la Conferencia Episcopal Italiana ya ha asignado 500.000 euros como ayuda inicial.

Marista en Alepo

«La situación es catastrófica: esta ciudad ya estaba castigada por la guerra, por las sanciones… y ahora con este terrible terremoto». La voz del marista George Sabé se quiebra al hacer un primer balance para Alfa y Omega del impacto en Alepo del terremoto de más de siete grados de magnitud que en la madrugada del lunes golpeó Turquía y Siria, dejando al menos 640 muertos y miles de heridos y desaparecidos.

A pesar de estar a más de 150 kilómetros de la zona donde ha estado el epicentro, «muchos edificios están destruidos y las calles están llenas de piedras». Por eso, aunque «esperamos que no haya muchos muertos», el religioso teme que «las cifras irán más allá de lo que podamos imaginar». El daño puede prolongarse, además, si se siguen produciendo réplicas como la de esta mañana, de 4,6 grados de magnitud.

Los maristas «hemos abierto nuestra casa para acoger a las familias», pues «desde las cuatro de la madrugada todas han salido a la calle». En este momento, «tenemos a más de 100 familias» en la comunidad y luchan para atenderlas en una ciudad que ya antes apenas tenía suministro de electricidad.

Datos parciales

Según la asociación francesa L’Oeuvre d’Orient, en Alepo ya hay que lamentar al menos 50 muertos, 220 heridos y muchos desaparecidos. «En el barrio cristiano de Aziziyé, no tenemos noticias del padre Imad Daher alojado en el edificio del patriarcado grecomelquita que se derrumbó». La entidad informa asimismo de que «en todas partes se está organizando ayuda humanitaria de emergencia para limpiar, tratar y encontrar a los desaparecidos».

También la asociación World Vision ha empezado ya a evaluar el impacto en los niños y comunidades de desplazados. «Mientras dormíamos, la casa empezó a temblar e inmediatamente corrí hacia mis hijos. No sabía a cuál coger, no podía alcanzar la puerta, la distancia era muy grande, y un minuto de tiempo fue como años de impotencia y miedo, y el miedo continúa con las réplicas», confirma uno de sus trabajadores en el norte del país.

El balance de 237 fallecidos en Siria, ofrecido por el Ministerio de Salud sirio, solo incluye las víctimas registradas en las provincias noroccidentales de Hama, Tartus y Latakia, y en las zonas de Alepo en manos del Gobierno sirio. Pero también ha dejado un número indeterminado de muertos en otras áreas del país en manos de la oposición.

Rescates en la nieve

El seísmo se sintió incluso en el Líbano. Vincent Gelot, director de L’Œuvre d’Orient en el Líbano, ha relatado desde Beirut que «salimos en medio de la noche con los niños mientras las paredes del edificio temblaban. Los muebles y las camas bailaban. Todo el pueblo estaba en las calles. La gente de todo el país sintió el terremoto». Afortunadamente, gracias a la distancia no han sufrido daños graves las comunidades que acogen a los 26 voluntarios de la organización en el país.

En Turquía, país donde se situó el epicentro —los expertos discrepan entre si fue en Pazarcik (Kahramanmaras) o en Sofalici (Gaziantep)—, hay diez provincias afectadas, informa EFE. El impacto puede agravarse entre los más vulnerables. En las provincias afectadas residen 1,5 millones de sirios. De ellos, una tercera parte están en la ciudad de Gaziantep, capital de una de las dos provincias más afectadas y novena ciudad del país.

El impacto del temblor ha sido enorme también en la provincia montañosa de Kahramanmaras, con un millón de habitantes, y en Malatya, situado a 1.000 metros de altitud a pie de una cordillera que alcanza los 2.500. Las fuertes nevadas en esta zona, con temperaturas bajo cero, complican el rescate y agravan la situación de los supervivientes. Incluso en Diyarbakir, considerada capital de las regiones de población kurda en el sureste de Anatolia, se han derrumbado varios edificios aunque se encuentra a 250 kilómetros del epicentro.

La intensidad del terremoto hizo que el Departamento de Protección Civil italiano emitiera una alerta por posibles olas por tsunami en sus costas, informa la agencia italiana ANSA. Sin embargo, las autoridades sirias descartaron esta posibilidad, ya que se produjo lejos del mar y en «una masa de tierra».


Fuente:   María Martínez López AGENCIA ALFA Y OMEGA

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