(NE – eclesiales.org) «El hombre se hace libre cuando se compromete incondicionalmente con la verdad y el bien». Así lo afirmó el Papa Benedicto XVI, al recibir ayer al último grupo de Obispos mexicanos que realizan su visita «Ad limina». Alentando a los Obispos a anunciar el Evangelio ente los jóvenes, el Papa señaló a los Obispos que deben recordar a los jóvenes que solo «es posible encontrar un sentido a la vida y construir algo grande y duradero si tienen a Jesucristo como centro de su existencia». Por otro lado, el Santo Padre invitó a los Prelados a prestar una especial atención «a los grupos más desprotegidos y a los pobres». «La Iglesia trata de colaborar eficazmente para erradicar cualquier forma de marginación, orientando a los cristianos a practicar la justicia y el amor. En este sentido, animad a quienes disponen de más recursos a compartirlos». El Papa afirmó luego que «es necesario no sólo aliviar las necesidades más graves, sino que se ha de ir a sus raíces, proponiendo medidas que den a las estructuras sociales, políticas y económicas una configuración más ecuánime y solidaria. Así la caridad estará al servicio de la cultura, de la política, de la economía y de la familia, convirtiéndose en cimiento de un auténtico desarrollo humano y comunitario». Al final del discurso, el Santo Padre invitó a los prelados a «caminar y actuar concordes en un espíritu de comunión, que tiene su cumbre y su fuente inagotable en la Eucaristía». En este contexto, señaló que el reciente Congreso Eucarístico Internacional de Guadalajara, «ha dejado profundas huellas en el pueblo fiel, que conviene seguir manteniendo como un tesoro de fe celebrada y compartida».

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