El Papa Benedicto XVI volvió hoy al Vaticano desde su residencia veraniega de Castelgandolfo para celebrar en el aula Pablo VI, ante unas 6.000 personas, la audiencia general, en la que durante la catequesis invitó a los creyentes a tener el comportamiento de los niños y rechazar «la altivez, la arrogancia y la soberbia». Antes el Santo Padre, Benedicto XVI recorrió el pasillo central del Aula Pablo VI, donde miles de peregrinos aclamaron y saludaron al Pontífice. Durante la catequesis, en las que se continuó con la meditación de los Salmos, se habló de la llamada «infancia espiritual», una actitud religiosa «fundamental que impregna toda oración». «Rechazando la altivez, la arrogancia o la pretensión de superioridad, el creyente reconoce la supremacía absoluta de Dios y, como destacaba santa Teresa de Lisieux, prefiere confiar humildemente en él, como un niño se refugia en los brazos su madre», prosiguió. «La gran tentación del soberbio que quiere ser como Dios, árbitro del bien y del mal, es rechazada decididamente por el orante que opta por la confianza humilde y espontánea del único Señor. De esta manera se pasa a la imagen inolvidable del niño y de la madre», continuó el Papa. En la audiencia se encontraban varios grupos de jóvenes que acudirán a las Jornadas Mundiales de la Juventud, que se celebrarán del 16 al 21 de agosto en Colonia, entre ellos un grupo de jóvenes procedente de China, Hong Kong y Taiwán que también participarán en el evento. La agencia misionaria AsiaNews destaca que es la primera vez que un grupo de chinos de la República Popular participará en las Jornadas de la Juventud, ya que el grupo enviado a Manila en 1995 fue obligado a abandonar el encuentro con el Papa por problemas diplomáticos. De este grupo de jóvenes entre 17 y 30 años, 20 proceden de la China popular, otros 15 de Hong Kong y 60 de Taiwán, y han viajado a Roma para reunirse con el Papa y después continuar su camino hacia Colonia. Todos están vinculados a la vía neocatecumenal de Kiko Argüello.