En el comienzo del año litúrgico, la diócesis de Valladolid secunda la iniciativa de un grupo de personas que quieren hacer vivir el mandato del Señor “orad al dueño de la mies…”. El año pasado, con motivo de la celebración del año Sacerdotal y con ocasión de los 150 años de la muerte de San Juan María Vianney, en la diócesis se decidió rezar por los sacerdotes. Este año se mantiene esta propuesta centrada en la oración. Cada día se reza por un sacerdote, sabiendo que nos son tan necesarios y que ellos también necesitan de nuestra oración.

Por este motivo, se ha elaborado un calendario, que arrancó el 27 de noviembre, al comienzo del año litúrgico, y finaliza el 27 de septiembre próximo, en el que cada día del año tiene asignado a un presbítero. Se trata de que, en toda la diócesis, se eleve al Señor una súplica por un sacerdote concreto y por las vocaciones al sacerdocio. Se puede incluir, por tanto, estas dos peticiones (por las vocaciones sacerdotales y cada día por un sacerdote en particular) en las peticiones de la Eucaristía diaria o en las preces comunitarias de Laudes o Vísperas.

“El Sacerdote es un Don de Cristo”: así lo definía el Cura de Ars, es decir, Dios desea regalarnos muchos y santos sacerdotes. Ellos son un don para la Iglesia. Debemos “sacudir el corazón de Dios” -en palabras de Benedicto XVI-, suplicar confiada y perseverantemente al Señor que envíe obreros a su mies para que sean su corazón y sus manos, y sostener con una plegaria constante, a los que ya han sido ordenados, para que guíen a su pueblo con una vida santa.