Benedicto XVI envió un mensaje a la Conferencia Nacional del Obispos de Brasil (CNBB) que con motivo del inicio de la Cuaresma lanzó la Campaña de Fraternidad y solidaridad bajo el tema: “Que la salud se extienda sobre la tierra”, con el objetivo de suscitar la reflexión sobre la salud en el país, e impulsar un mayor espíritu fraternal y comunitario para la atención de los enfermos, invitando a garantizar a más personas el derecho para acceder a los medios necesarios para una vida sana. 

     El Papa recuerda que de modo particular para los cristianos la salud va más allá del bienestar corporal. En el pasaje bíblico en el que Jesús sana a un paralítico, antes de obrar el milagro le perdona sus pecados enseñando, y de esta manera enseña que el alivio perfecto está en la remisión de los pecados que es la salud por excelencia porque “¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?”. 

 Asimismo el Santo Padre desea que con el ejemplo de todos, y siguiendo el verdadero espíritu de la Cuaresma, ésta campaña de solidaridad que se inicia hoy en el Brasil, pueda inspirar en los corazones de los fieles y de las personas de buena voluntad una solidaridad cada vez más profunda hacia los enfermos, que tantas veces sufren más por la soledad y el abandono, que por sus propias dolencias. 

     Recuerda que el mismo Jesús se identificó con los enfermos, por lo que invita a los fieles a que ayuden a descubrir que si por un lado la enfermedad es una prueba dolorosa, por el otro puede ser unión con Cristo Crucificado y resucitado en la participación del misterio de sufrimiento por la salvación del mundo porque, como escribe en su mensaje, es ofreciendo nuestro sufrimiento a Dios por medio de Cristo que somos capaces de colaborar en la victoria del bien sobre el mal, ya que Dios hace fecundo nuestro ofrecimiento y nuestro acto de amor. 

     El mensaje del Papa concluye con su apoyo espiritual a la iniciativa de la CNBB, y con un saludo fraterno a cuantos toman parte, física o espiritualmente, en la Campaña “Fraternidad y Salud Pública” invocando la intercesión para todos de Nuestra Señora Aparecida, patrona del país, en especial para los enfermos, la fortaleza de Dios, impartiendo su bendición apostólica.

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