La chimenea de la que saldrá la «fumata blanca» cuando se haya elegido Papa y las eventuales fumatas negras, ha sido colocada en el techo de la Capilla Sixtina, donde se celebrará el Cónclave que elegirá al sucesor de Juan Pablo II. Tras colocarla, los técnicos vaticanos realizarán varias pruebas, para ver si sale bien el humo. Para que no haya equívocos, el humo que saldrá este viernes por la chimenea será de color amarillo o de otras tonalidades, pero ni blanco ni negro, según informó el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls. La chimenea ha sido unida a la estufa que ha sido colocada en el interior de la Sixtina, en la que se quemarán las papeletas de las votaciones para elegir al próximo Papa. La estufa tiene una altura de un metro y dos pequeñas puertas. En su interior, la zona de quemar tiene una bandeja. Una rejilla en su parte lateral permite la entrada del aire. De momento se desconoce cómo será el funcionamiento ni el método que se usará para que la «fumata blanca» sea de verdad blanca y no ocurra como en la elección de Juan Pablo I, en 1978, que el humo que salió era de color gris. El Vaticano se ha comprometido a que en esta ocasión el humo será blanco, blanco, y que para que no queden dudas de que ya hay Papa nuevo repicarán las campanas de la Basílica de San Pedro. El cónclave del que saldrá el nombre del nuevo Papa comenzará el próximo lunes. Cada día se realizarán cuatro votaciones, dos por la mañana y otras dos por la tarde. Sea cual sea el resultado, habrá dos ’fumatas’, una a las 12.30 y otra a las 19.00 horas, en las que se informará si el Vaticano ya tiene nuevo guía.