Bogotá, Colombia, (AICA).- La Corte Constitucional de Colombia rechazó equiparar las uniones homosexuales al matrimonio, ratificando la definición vigente desde 1887 que establece que esta institución es la unión entre un hombre y una mujer, pero dejó abierta la posibilidad de que el Congreso legisle sobre el tema en un plazo de dos años.
Sin embargo la decisión unánime de la Corte, tomada el 26 de julio, también establece que las parejas homosexuales tienen «derecho» a formar una familia.
El magistrado Henao explicó, además, que la colegiatura se declaró inhibida frente al examen de la validez de la expresión, “procrear”, a la que se refiere un artículo del Código Civil, toda vez que, a su juicio, no es el único propósito de la familia, y de allí que concluya que las parejas gay sí puedan conformarla.
Días antes la Iglesia Católica en Colombia y más de 300 denominaciones cristianas solicitaron a la Corte Constitucional no equiparar las uniones de personas del mismo sexo al matrimonio ni darles la potestad de adoptar menores, pues eso «afectaría a las familias colombianas y los valores éticos de la patria».
El alto Tribunal pidió al Congreso legislar sobre el reconocimiento o no de las uniones homosexuales en un plazo de dos años, luego de lo cual «las parejas homosexuales podrán acudir ante un notario para legalizar su unión», dijo el juez Juan Carlos Henao, presidente del tribunal.
«Si el 20 de junio del 2013 el Congreso no legisló, las parejas homosexuales pueden ir ante un notario y con la misma solemnidad del matrimonio heterosexual establecer un vínculo, con consecuencias similares al de una pareja heterosexual», agregó.
De esta forma las uniones de personas del mismo sexo tendrían en 2013 la posibilidad de unirse en una figura similar a la del matrimonio civil, con los mismos deberes y derechos.
Actualmente los homosexuales declaran sus uniones libres ante notarios para acceder a la seguridad social, la pensión y la herencia, facultades que la Corte Constitucional reconoce desde 2007.
En opinión del presidente del Partido Conservador, José Darío Salazar, «enviarle al Congreso un mensaje para que legisle sobre el tema es una manera muy fácil de lavarse las manos. La impresión que yo tengo es que allá hay magistrados que, como no pueden modificar la Constitución, presionan al Congreso para que se cambie lo que ellos deben guardar».

Sobre el fallo de la Corte Constitucional, el secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Juan Vicente Córdoba, dijo que había “una discreta satisfacción”, y recalcó que la Iglesia Católica siempre defendió que los homosexuales deben gozar de todos los derechos y jamás ser discriminados. “Nosotros no estamos en contra de ellos, sería contradictorio con el Evangelio”, precisó.
El prelado también explicó que es falso el rumor que alcanzó a circular en el sentido de que la Iglesia habría amenazado con excomulgar a los magistrados que estuvieran a favor del matrimonio homosexual. “Eso no es verdad. Nunca dijimos esa frase”, señaló monseñor Córdoba.
La doctrina católica no aprueba el mal llamado «matrimonio» gay porque atenta contra la naturaleza, sentido y significado del verdadero matrimonio, constituido por la unión entre un hombre y una mujer, sobre la cual se forma la familia.
El Vaticano y los obispos en diversos países del mundo han denunciado que las legislaciones que pretenden presentar «modelos alternativos» de vida familiar y conyugal atentan contra la célula básica de la sociedad.

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