París, Francia.- Se hacen esfuerzos para que se reconozca la «cristianofobia» como un delito, ya que se asemeja al odio que existe contra los judíos y musulmanes, presentando un problema para duscutir con respecto a las exigencias de los derechos humanos. La oportuna campaña, busca reconocimiento oficial de las Naciones Unidas y de otras organizaciones internacionales de que se trata de un caso de discriminación y persecución de cristianos. Sin embargo el terreno que se enfrenta, esta ya muy erosionado por dos hechos lamentables: cuando la Unión Europea no quiso referirse a la herencia cristiana del continente europeo en la nueva constitución y rechazó a un católico tradicionalista como nuevo comisionado. Aunque se le trata de bajar el perfil al tema desde la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, hay que preguntarse por que las reacciones son distintas, al ser los afectados adherentes al Islam o al Judaismo.

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