Benedicto XVI hizo un llamamiento a defender la vida y el matrimonio fundado sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer.

Su petición ha quedado impresa en el mensaje que envió este viernes al presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el arzobispo Angelo Bagnasco, futuro cardenal, con motivo del centenario de la primera Semana Social de los Católicos Italianos.

En su misiva, leída durante la edición número 45 de las Semanas Sociales, que tiene lugar en estos días en Pistoia y Pisa sobre el tema: «El bien común, un compromiso que viene de lejos»), el Papa analiza «las emergencias éticas y sociales» que en estos momentos afronta Italia.

Entre ellas, el Santo Padre subraya «la cuestión antropológica, que abarca el respeto de la vida y la atención que hay que dedicar a las exigencias de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer».

«No se trata de valores y principios sólo católicos, sino de valores comunes que hay que defender y tutelar, como la justicia, la paz y la salvaguarda de la creación», aclara la misiva pontificia.

En este contexto, el obispo de Roma se detiene después a analizar los problemas relativos que el trabajo puede provocar en la familia o en los jóvenes.

«Cuando la precariedad del trabajo no permite a los jóvenes construir una familia, el desarrollo auténtico y completo de la sociedad resulta seriamente comprometido», afirmó.

Ante estos desafíos, el Papa pide a los católicos que no reaccionen «replegándose sobre ellos mismos, sino más bien, con un nuevo dinamismo, abriéndose con confianza a nuevas relaciones, sin descuidar ninguna de las energías capaces de contribuir al crecimiento cultural y moral».

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