Benedicto XVI pidió  la defensa de la familia, «basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer», ya que ella -según dijo- es la mejor escuela donde se aprende a vivir aquellos valores que dignifican a la persona y hacen grandes a los pueblos».

El Pontífice así lo manifestó en un mensaje enviado a los participantes en la misa al aire libre con motivo de la Fiesta de la Sagrada Familia, que se celebra en Madrid.

El mensaje fue leído en videoconferencia durante el rezo del ángelus, ante varios miles de fieles en la plaza de San Pedro del Vaticano.

Hablando en español, el Pontífice dijo que Dios habiendo venido al mundo en el seno de una familia humana, manifiesta que esta institución es el «camino seguro para encontrarlo y conocerlo». Y que también es el icono de Dios y de la Santísima Trinidad «tanto por el amor entre personas como por su misión de procrear la vida».

El Obispo de Roma destacó el amor de Jesús hacia su Padre, Dios, y dijo que ese amor lo aprendió de sus padres, resaltando que la educación de los hijos es fruto de la colaboración entre los padres, los educadores y Dios. También dijo que los hijos no son propiedad de los padres, sino que son «dono y proyecto de Dios», y que por ello deben ser educados en ese diseño de amor del Padre y en la libertad más grande.

Benedicto XVI dijo que uno de los mayores servicios que los cristianos pueden prestar a los hombres es ofrecer el «testimonio sereno y firme de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, salvaguardándola y promoviéndola, pues ella es de suma importancia para el presente y el futuro de la humanidad».

«En efecto, la familia es la mejor escuela donde se aprende a vivir aquellos valores que dignifican a la persona y hacen grandes a los pueblos. También en ella se comparten las penas y las alegrías, sintiéndose todos arropados por el cariño que reina en casa por el mero hecho de ser miembros de la misma familia», afirmó el Papa.

Ante varios miles de fieles presentes en la plaza, entre ellos varios centenares de españoles y latinoamericanos, Benedicto XVI pidió a Dios que en los hogares se respire «siempre amor» y exhortó a los fieles reunidos en Madrid a la oración, la práctica constante de las virtudes, la comprensión recíproca y el respeto mutuo.

«Contad con mi cercanía y afecto, y os ruego que llevéis un saludo muy especial del Papa a vuestros seres queridos más necesitados o que se encuentran en dificultad. Os bendigo a todos de corazón», concluyó el Papa, hablando en español.

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