Sin embargo la policía durante un par de semanas alertó a todas las organizaciones que trabajan en el campo de refugiados de Dadaab y sus alrededores que la milicia islamista al-Shabaab puso en la mira no sólo a la policía sino también al personal internacional.
"En Dadaab, la situación es muy difícil, con más de 400.000 refugiados y escasos recursos, especialmente porque las organizaciones internacionales decidieron quedarse sólo en casos extremos".
"La llegada de refugiados procedentes de Somalia fue continua en todos estos meses y la falta de alimentos, agua y recursos, hizo que vivamos unos momentos difíciles de inestabilidad", dicen los misioneros salesianos. "Lo mismo ocurrió en otras partes del país, la falta de alimentos y agua" advierten.
Durante años, las misiones salesianas trabajan en Kakuma, un campo que ya contaba con más de 85.000 refugiados y en el cual los misioneros están comprometidos para mejorar la calidad de vida de las personas. Los hijos de Don Bosco también tienen una escuela de formación, a la que asisten más de mil estudiantes cada año. En Kenia, se distribuyeron alimentos y agua en las zonas de mayor necesidad, tales como Turkana, Korr, Nzaikoki y Marsabit.