La campaña electoral del republicano Rick Perry a la Casa Blanca no ha estado exenta de polémica. La última, esta misma semana, en relación con el tema del aborto.  Perry mostró su oposición a acabar con la vida de un feto incluso en casos como la violación o el incesto. Después, presionado por el miedo a perder votos, suavizó su mensaje para afirmar que el aborto se podría aplicar para salvar la vida de la madre.

Pero no es el único candidato que ha corregido sus palabras. Newt Gingrich, uno de los mejores situados en la carrera a presidenciable, tuvo que endurecer su discurso después de que, hablar de "implantación" provocara la ira de los provida en Estados Unidos. Acabó por afirmar con rotundidad: "Creo que la vida humana comienza en la concepción: toda vida humana es preciosa, sea cual sea la forma en que ha sido concebida". También aseguró que quitará fondos federales y subvenciones para cualquier investigación que viole las normas de bioética o para financiar abortos.