(VIS).-El cardenal Javier Lozano Barragán intervino el 18 de mayo en Ginebra en la Asamblea Mundial de la Salud, el máximo órgano de decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El purpurado, que es presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, encabezó la delegación de la Santa Sede, de la que formaba también parte el arzobispo Silvano Maria Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas e Instituciones Especializadas. El cardenal Lozano transmitió los saludos del Papa Benedicto XVI, que, dijo, «se ha mostrado muy preocupado por los problemas de salud en el mundo, y ofrece todo su apoyo y ayuda al esfuerzo mundial para lograr la salud para todos, especialmente la salud de los más desprotegidos». El purpurado lamentó que «las enfermedades, en particular las infecciosas, se presentan más virulentas en los países más pobres, que precisamente por su pobreza no tienen recursos para poder obtener las medicinas, que gracias al progreso técnico actual, fácilmente podrían tener algún remedio. De hecho, cada año las enfermedades infecciosas son responsables de la muerte de 17 millones de personas, de las cuales el 90% viven en los países en vías de desarrollo. (…) En la actualidad no se encuentran ni siquiera en el mercado de algunos de estos países las medicinas para curar» este tipo de enfermedades. «Es terrible constatar -según el informe de 2005 sobre la salud mundial- que de 211 millones de nuevos seres humanos que son concebidos, hay 46 millones de abortos inducidos, 32 millones entre los que mueren prematuros o mueren al nacer y que sólo 133 millones llegan a nacer y vivir». El presidente del consejo para la salud afirmó que, «consciente de estas y similares problemáticas, el Papa Juan Pablo II estableció una Fundación, cuyo nombre es «El Buen Samaritano», para ayudar a los enfermos más necesitados del mundo. El nuevo Papa, Benedicto XVI, con gusto ha ratificado dicha Fundación, cuyo objetivo inicial lo concretamos en comprar medicinas para los más necesitados. A fecha de hoy ya hemos podido prestar alguna ayuda a enfermos de 11 países de África, uno de Asia y otro de América Latina».

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