MADRID, España (FD).-La Conferencia Episcopal Española (CEE) lanzó una campaña para «movilizar las conciencias» de los fieles católicos en contra de la eutanasia y que solo una muerte respetuosa del orden natural es «verdaderamente digna» y capaz de aportar a las personas «esperanza y seguridad», así como de garantizar a la sociedad «la protección de los más débiles». La campaña, presentada hoy por el secretario general de la CEE, Monseñor Juan Antonio Martínez Camino, consiste básicamente en la distribución en ámbitos pastorales de 7,5 millones de folletos desplegables que, bajo el lema «Toda la vida, para ser vivida», tratan de ofrecer la respuesta de la moral católica a mensajes simples pero «no veraces» extendidos en la sociedad sobre la eutanasia. En el folleto se puede leer que la eutanasia es «siempre una forma de homicidio; que su legalización «precipitaría graves consecuencias sociales», ya que algunos enfermos «incluso podrían ser fácilmente eliminados sin su consentimiendo»; y que la vida no está a disposición del propio individuo «como si fuera una finca o una cuenta bancaria» porque su dignidad «tiene su origen y destino en Dios». Monseñor Martínez Camino aseguró que la muerte «no ha de ser causada, pero tampoco absurdamente retardada», ya que «tiene su tiempo natural». A su juicio, los avances médicos hacen posible actualmente «prolongar de forma irracional y desproporcionada la vida», creando «un dolor y sufrimiento desproporcionados». «La vida ha de ser respetada, pero la muerte ha de ser acogida cuando llega, no ha de ser forzada la preservación de la vida», dijo Martínez Camino, para quien la postura de la Iglesia al respecto «se basa en la racionalidad humana, iluminada por la luz divina». Para los obispos españoles, «la vida es un bien fundamental que no está a disposición de la sociedad ni de los individuos», y además «no hay motivos» para renunciar a ella porque «para cada caso hay una respuesta». Tras señalar que la Iglesia «nunca juzga la conciencia de las personas», Monseñor Martínez Camino puso de relieve que «lo que está en cuestión son los principios éticos para las normas aplicables a todos».

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