CIUDAD DEL VATICANO, 30 JUN 2004 (VIS).-La audiencia general de este miércoles, que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro, fue la última que celebra el Santo Padre antes de su breve período de vacaciones en la montaña (5-17 de julio). En ella participaron, entre otros, los arzobispos metropolitanos que ayer recibieron el palio, junto a sus familiares. El Papa recordó que ayer celebramos la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, tan venerados en Roma, «donde sellaron con la sangre su admirable testimonio de amor al Señor». En la liturgia eucarística, dijo, participó el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, para conmemorar «los cuarenta años del histórico encuentro y abrazo» entre Pablo VI y el Patriarca Atenágoras I en Jerusalén. En dicha celebración, continuó, recibieron el palio 44 arzobispos metropolitanos nombrados el año pasado. Este «particular ornamento litúrgico», constituido por una estola de lana blanca que se lleva alrededor del cuello, manifiesta «la comunión con el Obispo de Roma». Juan Pablo II dijo que el signo del palio «expresa el principio fundamental de comunión que da forma a la vida eclesial en todos sus aspectos; recuerda que esta comunión es orgánica y jerárquica; manifiesta que la Iglesia, por ser una, necesita del servicio peculiar de la Iglesia de Roma y de su Obispo, Cabeza del Colegio episcopal». El rito del palio, añadió, también pone de relieve «la catolicidad de la Iglesia», enviada «por Cristo para anunciar el Evangelio a todas las naciones y para servir a la humanidad». El Papa terminó invitando a los fieles que acompañaban a los metropolitanos a «permanecer unidos a ellos y a rezar por la misión pastoral que tienen encomendada. También pienso en los ocho metropolitanos que no están presentes y que recibirán el palio en sus sedes». AG/METROPOLITANOS/… VIS 040630 (290)

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