CUAUTITLÁN IZCALLI, Méx.- La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) consideró en el segundo día de trabajo de la LXXVIII Asamblea Plenaria de la CEM, que México no puede ponerse a las «patadas» con un país tan poderoso, pero indicaron que el gobierno federal debe exigir a Estados Unidos que se dé un trato digno y se reconozcan sus derechos a los trabajadores migratorios. En conferencia de prensa, los obispos Alberto Suárez Inda, Renato Ascencio y Rodrigo Aguilar Martínez, se refirieron a la reunión binacional que se llevó a cabo este martes y los posibles acuerdos migratorios, y confiaron en que mientras haya diálogo, hay esperanza. «Ojalá que el Congreso y el presidente de Estados Unidos faciliten el avance en el respeto, en el pleno reconocimiento y en el tema de la salud, la educación y el trato humano a los migrantes, y aunque es mucho pedir, seguiremos insistiendo», señaló Suárez Inda, arzobispo de Morelia y vicepresidente de la CEM. Monseñor Renato Ascencio, obispo de Ciudad Juárez, recordó que desde el primer momento en que George Bush tomó el poder, hace cuatro años, todo parecía perfilarse a predicar la situación de la migración, pero se presentó el 11 de septiembre, situación que enfrió dicha intención y que lo único prioritario fue la seguridad nacional de Estados Unidos. El problema central es resolver la situación de los trabajadores indocumentados que ya han colaborado y que pagan impuestos, pero que les han sido negados sus derechos, resaltó el obispo.