La Familia Real asistió ayer al funeral celebrado a última hora de la tarde en la Catedral madrileña de la Almudena en el aniversario del 11-M. El funeral fue oficiado por el Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, quien, en su homilía, subrayó que «el terrorismo no tiene ni tendrá nunca la última palabra ni en la vida de los pueblos ni en la determinación de sus destinos; tampoco en España». Los Reyes, acompañados de los Príncipes de Asturias y de los Duques de Lugo y de Palma de Mallorca, fueron recibidos en la entrada de la catedral por el arzobispo de Madrid, quien concelebró con el Nuncio de Su Santidad en España, Monseñor Manuel Monteiro, y veinte arzobispos y obispos españoles, entre ellos el recién elegido presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Ricardo Blázquez, prelado de la diócesis de Bilbao. Al entrar los Reyes en la catedral comenzó a sonar el Himno Nacional. En representación del Gobierno se hallaban presentes únicamente el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, que estaba acompañado de su esposa, Sonsoles Espinosa; el ministro de Justicia y de Administraciones Públicas, Juan Francisco López Aguilar; y la directora general de Asuntos Religiosos, Mercedes Rico. Al lado de Zapatero, en el primer banco destinado a las autoridades, se encontraba el presidente del Congreso de los Diputados, Manuel Marín. El cardenal Rouco subrayó que en «el misterio luminoso de la cruz gloriosa de Cristo» pueden hallar paz «los familiares, amigos y todos los que hoy nos sentimos hermanos de las víctimas», y afirmó que la oración que envolvió a todos en el día de los atentados fue «signo elocuente de que cuando el hombre es agredido en su derecho más básico y elemental, como es el de la vida, algo trascendente se despierta en el corazón de sus semejantes, como si aflorara espontáneamente la conciencia de que el hombre no puede ser destruido y aniquilado, pues está hecho para la inmortalidad y la vida eterna». El oficiante situó en «la perspectiva del Jesús que se inmola por el bien y la salvación de los hombres» a quienes «han sido sacrificados por la acción criminal de los terroristas», e invitó a los asistentes a mirar a Cristo en la Cruz y, a su lado, «a las víctimas de los atentados terroristas que, con su propia cruz, son ahora colocados junto a Cristo para que Él les otorgue la vida, y mirar también a sus familiares, amigos y seres queridos». Por su parte, El presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, el cardenal Julián Herranz, alertó ayer, en declaraciones a la Agencia Efe, sobre la instrumentalización de atentados terroristas como los del 11-M por parte de los grupos políticos. El Cardenal manifestó que dicha utilización es poco respetuosa “con el dolor de las víctimas que lo han sufrido y ofende el dolor de las familias”. Además, el Prelado quiso aprovechar la fecha para reiterar su solidaridad con los familiares y víctimas del 11-M, y llamó a la unidad de todos los ciudadanos ante hechos así. El Cardenal español, calificó el terrorismo de mal moral que provoca un mal físico, y destacó también que la Iglesia no justifica ningún tipo de violencia , y que tampoco se puede ser justificada bajo un motivo religioso. El Cardenal Julián Herranz, recordó el mensaje enviado por el Papa tras los atentados, por los que quedó «muy impresionado» según palabras de Joaquín Navarro Valls, y que condenó, a la vez que quiso animar a los españoles a continuar en el camino de una convivencia pacífica.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *