Es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida

Evangelio Diario y Meditación

+Santo Evangelio

Evangelio según San Mateo 7,6.12-14. 

No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos. 

Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas. 

Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. 

Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran. 

+Meditación:

San Juan Pablo II  

Os quiero animar a seguir por el camino del evangelio, una vía estrecha, es verdad, pero una vía real, segura, recorrida por generaciones de cristianos, enseñada por los santos…Es el camino por donde vuestros hermanos en la Iglesia universal se esfuerzan por avanzar. Este camino no pasa por la resignación, por la renuncia o por el abandono. No conduce a una relativización del sentido moral, más bien desearía que la ley civil ayudara a elevar a la persona humana. No busca enterrarse a si misma, a permanecer desapercibida, sino que requiere la audacia gozosa de los apóstoles. Rechaza la pusilanimidad, mostrándose al mismo tiempo respetuosa frente a los que  no comparten su mismo ideal… 

      “Reconoce, oh cristiano, tu dignidad!” decía San León Magno. Y yo, su indigno sucesor, os lo digo a vosotros, hermanos y hermanas míos: Reconoced vuestra dignidad. Sed orgullosos de vuestra fe, del don del Espíritu que el Padre os ha otorgado. Vengo a vosotros como un pobre, con la única riqueza de la fe, peregrino del evangelio. Dad a la Iglesia y al mundo el ejemplo de vuestra fidelidad sin desfallecer y de vuestro celo misionero. Mi visita entre vosotros quiere ser… una llamada a un nuevo ímpetu ante las tareas múltiples que se ofrecen a vosotros.                  

                                 

+Comunión Espiritual:


De Santa Margarita María Alacoque:  “Padre eterno, permitid  que os  ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado.” Amén.


                         


                                                                  

+Mes del Sagrado Corazón

Oración Inicial                                                                   

                                                                                                                        

   Rendido a tus pies, ¡Oh Jesús mío!, considerando las inefables muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña, de continuo, tu adorable Corazón, te pido humildemente, la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo. Para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que generoso concedes a los que de veras te conocen ama y sirven. Mira que soy muy pobre dulcísimo Jesús y necesito de vos como el mendigo de a limosna que el rico le ha de dar, mira que soy muy rudo oh! Soberano maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas para luz y guía de mi ignorancia. Mira que soy muy débil, oh! Poderoso amparo de los débiles y necesito apoyarme en vos para no desfallecer. Sé todo para mí, Sagrado corazón: Socorro de mis miserias, lumbre de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad. Tú me alentaste y convidaste cuando con tan tiernos acentos dijiste, repetidas veces en tu Evangelio: “Venid a Mí, aprended de Mí, pedid, llamad…” a las puertas de tu corazón vengo hoy, y llamo, pido y espero. Del mío te hago formal y decidida entrega: tómalo vos, y dame en cambio lo que sabes me ha de hacer digno en le tierra y dichoso en la eternidad. Amén.  


Oración Final

¡Oh Jesús! Yo consagro mi corazón , colocadle en el Vuestro, pues sólo en Él quiero vivir y sólo a Él quiero amar; en vuestro Corazón quiero vivir desconocido del mundo y conocido de Vos solo, en este Corazón beberé los ardores del amor que consumirán el mío; en Él encontraré la fuerza., la luz, el calor y el verdadero consuelo. Cuando el mío esté desfallecido, Él me reanimará, cuando inquieto y turbado, Él me tranquilizará.

¡Oh Corazón de Jesús!, haced que mi corazón sea el altar de vuestro amor; que mi lengua publique vuestra bondad, que mis ojos estén siempre clavados en vuestra llaga; que mi espíritu medite vuestras adorables perfecciones; que mi memoria conserve siempre el precioso recuerdo de vuestras misericordias; que todo en mí exprese mi amor a vuestro Corazón ¡oh Jesús!, y que mí corazón esté siempre pronto a sacrificarlo todo por Vos.

¡Oh Corazón de María!, el más amable después del de Jesús, el más compasivo, el más misericordioso de todos los corazones, presentad a vuestro Hijo nuestra consagración, nuestro amor, nuestras resoluciones. Él se enternecerá a la vista de tantas miserias y nos librará de ellas; y después de haber sido nuestro refugio y nuestra protectora sobre la tierra, ¡oh Madre de Jesús! seréis nuestra Reina en el cielo. Amén.

V: ¡Sagrado Corazón de Jesús!

R: ¡En Vos confío!

V: ¡Oh dulce Corazón de María!

R: ¡Sed la salvación mía!

V: ¡Glorioso Patriarca San José!

R: ¡Rogad por nosotros!