Podrán verse en internet
“Puedo certificar que aquí se ven con más detalle y mejor que al natural con el ojo humano”, anuncia el responsable de los manuscritos. Podrán traducirse entre otros textos los del Manuscrito del Templo, el Manuscrito de la Guerra o el Gran Libro de Isaías.
Dos mil años después de que fueran escritos y a varias décadas de haber sido descubiertos en las cuevas de Qumrán en el desierto, algunos de los rollos del Mar Muerto que se conservan en el Museo de Jerusalén están disponibles en internet.
El Museo y el buscador Google han presentado el proyecto de digitalización de los manuscritos que podrán consultarse a través a través de la Red y que, además, permitirá a los internautas buscar pasajes específicos y traducirlos a otros idiomas, aunque de momento sólo se podrán traducir al inglés.
Los cinco rollos que están disponibles para su visualización en línea son:
–  El Manuscrito del Templo, que presenta los planes para la construcción y operación del Templo. Escrito en delgadas pieles de animales.
–   El Manuscrito de la Guerra: uno de los primeros rollos hallados que describe el Apocalipsis, específicamente el día en que el arcángel Miguel lidera a los «Hijos de la Luz» en contra de los «Hijos de la Oscuridad».
–   El Libro de las Reglas de la Comunidad, también conocido como el manual de la disciplina, el libro es una guía completa para la «comunidad» -cuya identidad sigue siendo incierta- aunque se cree que es la secta judía de los esenios.
–   El Gran Libro de Isaías: el mejor conservado de todos los manuscritos de la Biblia, que contiene una versión hebrea.
–   El Libro de Habacuc: interpreta los primeros dos capítulos.
Cabe recordar que los manuscritos fueron hallados por investigadores israelíes entre 1947 y 1967, en las citadas cuevas de Qumrán, un importante yacimiento arqueológico próximo al Mar Muerto. Esos textos en pergamino contienen fragmentos de todos los libros del Antiguo Testamento, excepto el de Esther, así como varios apócrifos.
“Mejor que al natural”
El director del Santuario del Libro, que es al mismo tiempo el conservador jefe de los Rollos del Mar Muerto, Adolfo Roitman, ha participado durante los últimos meses en la digitalización de los célebres manuscritos de Qumrán.
En ese trabajo, realizado con sumo cuidado para no dañar los delicadísimos pergaminos (alguno de medio milímetro de espesor), se ha utilizado una exposición: 1/4.000 de un segundo, con una resolución 200 veces mayor que una cámara estándar. Se utilizaron tubos flash protegidos contra los rayos UVA.
“Puedo certificar que aquí se ven con más detalle y mejor que al natural con el ojo humano”, asegura Roitman. “ya no tendré que llevar otro soporte”, añade.

“Lo maravilloso es que, desde cualquier universidad, sinagoga o mezquita del mundo, podrán estudiarse las imágenes originales, ilustrar clases, ahondar en investigaciones, por más que el estudioso esté en un rincón apartado del globo, siempre que tenga un ordenador conectado a internet […]Aún no imaginamos las consecuencias de todo esto…”, advierte.
Sabiendo esto podemos viajar al pasado. El libro de Isaías, el profeta que vivió hace 2.800 años, es el único rollo completo de todos los hallados en Qumrán. Es, además, el manuscrito bíblico más antiguo del mundo, puesto que la copia procede del siglo I antes de Cristo.
“La verdadera magia”
A los manuscritos digitalizados les acompaña en su versión online una batería de audiovisuales, vídeos y otras informaciones sobre el material con el que fueron hechos. Al experto que ya conoce la traducción de los textos le aportarán una visión emocionante a la versión original, tan quebradiza. Y al curioso le espera una inmersión en la magia de este tesoro universal que ahora “sin ninguna duda se convierte, literalmente, en patrimonio de la humanidad, de un concepto de humanidad específico que interesa a los hombres de buena voluntad”, afirma Roitman.
“Pero la verdadera magia de los rollos está en el campo espiritual. Las religiones monoteístas tienen interés en los Rollos, porque los textos están en sus distintas tradiciones, uniéndolas en la raíz, poniendo énfasis en lo que tenemos en común”, resalta el responsable de los manuscritos.
“Y, como persona culta, le diré que para mí es muy importante que este mensaje parta hoy desde Jerusalén al mundo, cuando normalmente estamos enmarcados en un marco exclusivamente político. Hay aquí una vida cultural que le interesa al mundo entero, el Santuario del Libro cobra sentido en las palabras con las que queremos tender la mano a cada hombre en este planeta, ahora gracias a un ordenador…”, concluye.

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