(FIDES) La Iglesia católica en EEUU se ha movilizado después del paso del fuerte Huracán ‘Katrina’ que ha provocado destrucción y muerte especialmente en los Estados de Lousiana, Mississippi y Texas. Numerosas instituciones católicas se han movilizado como la Sociedad de San Vicente de Paul, escuelas católicas, hospitales católicos, parroquias. ofreciendo lugares donde acoger a la gente, medicinas, alimentos. La Conferencia Episcopal de Estados Unidos ha iniciado una gran colecta nacional para recoger fondos para ayudar a los damnificados. La Archidiócesis de Galveston-Houston (Texas) ha acogido a más de 30.000 refugiados que se han desplazado desde Nueva Orleáns, y otras diócesis de la Costa del Golfo, ofreciéndoles alojamiento y ayuda económica.La Sociedad de San Vicente de Paul ha realizado un urgente llamamiento pidiendo alimentos no perecederos, ropa y otro tipo de ayudas necesarias en estos momentos de emergencias. Las escuelas católicas de la diócesis han abierto sus puertas para aceptar a los estudiantes que se han visto obligados a desplazarse, de manera que puedan continuar sus estudios. En el Estado de Texas la diócesis de Tyler que estaba a punto de abrir una nueva Oficina de Caritas, comenzó de forma inmediata su actividad, ofreciendo asistencia a los refugiados que fueron llegando después del desastre del huracán. En algunas parroquias los propios feligreses han abierto sus puertas acogiendo a refugiados a los que les han ofrecido comida, combustible, posibilidad de telefonear… Igualmente en la diócesis de Beaumont son muchas las parroquias que han abierto las puertas de sus locales a los desplazados. En la diócesis de St. Petersburg, en Florida, los hospitales católicos están acogiendo a pacientes y diversas entidades católicas trabajan para ofrecer albergue a los avaluados. Además la diócesis tiene previsto enviar en breve un equipo para evaluar los daños y ver las necesidades reales de la zona. En Orlando se está procediendo a la recogida de alimentos no perecederos y otras ayudas materiales para su distribución por las zonas afectadas.

En Alexandria (Lousiana) se han habilitado diversos centros de la diócesis como casas de retiros, han sido destinadas a acoger a los afectados por el huracán. Incluso desde diócesis tan lejanas como Albany en Nueva York se están preparando para enviar un equipo de voluntarios.

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