(VIS).-El arzobispo Celestino Migliore, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, pronunció un discurso en Nueva York ante la sesión independiente del Consejo Económico y Social. «La Santa Sede -dijo el nuncio apostólico- se une a los que apoyan a los ocho países más industrializados del mundo que han acordado recientemente en Londres eliminar la deuda de dieciocho países pobres». La remisión, dijo, «es solo el inicio del camino, ante todo porque esta medida tiene que extenderse a otros 38 países pobres muy endeudados». El arzobispo Migliore afirmó que los representantes del G-8, que se reunirán del 6 al 8 de julio en Gleneagles (Escocia), «deben prestar atención a las demandas de sus propios países y de la sociedad civil, y someter a sus respectivos gobiernos proyectos de ley que lleven al inmediato cumplimiento de las promesas acordadas». Refiriéndose a la financiación del desarrollo, el observador permanente lamentó la escasez de fondos «para investigación científica básica y para el desarrollo industrial de productos farmacéuticos para combatir las principales enfermedades tropicales, como la malaria, así como la falta de investigación en favor de la agricultura en las regiones más pobres».

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