David Parker, un padre de familia que vive en Lexington, Massachusetts (USA), fue arrestado y pasó un día en la cárcel por “pretender” impedir que su hijo de 5 años fuera pervertido en las sesiones de “orientación sexual” que se imparten en la escuela. El “crimen” de Parker consistió en que, después de agotar todas las instancias legales, pretendió asistir a una de esas sesiones para enterarse de los contenidos y exponer sus objeciones. El material pro-homosexual está compuesto fundamentalmente por “gráficos y fotos”. Parker fue detenido por la policía y pasó la noche en la cárcel con delincuentes comunes. Esposado fue llevado al día siguiente ante el juez que le impuso 1.000 dólares de fianza y la prohibición de acercarse al colegio de su hijo. Será juzgado el 1 de junio. El argumento que se dió fue su obstrucción a la educación para la salud y para el desarrollo social, dos conocidos eufemismos de la reingeniería social del nuevo orden para evitar hablar de aborto, homosexualismo o anticoncepción. En otro caso varios funcionarios de Canadá ya han perdido su trabajo por no estar dispuestos a “celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo”. Las medidas represivas del poder rosa, como en USA, se han extendido rapidamente. En Quensel, Columbia Británica, estado en que se han legalizo las uniones entre personas del mismo sexo, el Dr. Chris Kempling, fue suspendido en su cargo, sin goce de sueldo, por el superintendente de escuelas del distrito, en clara violación a la libertad religiosa, que en teoría se encuentra protegida por la ley. Kempling, es “school counselor” desde 1990, y vocero local del Christian Heritage Party, y se desempeña en diversas labores comunitarias como voluntario. Su “crimen” fue haber escrito una carta de lectores en el diario local en la que criticaba el proyecto de ley redefinición del matrimonio que instituye el llamado “matrimonio entre homosexuales”. En la carta exponía la doctrina cristiana en sobre la homosexualidad. (Sobre el proyecto hemos hecho referencia en NG 694, 695, 710). El crimen de los ediles, acusados de apología e instigación al delito, fue participar en una marcha en contra del proyecto de ley de redefinición del matrimonio. El llamado crimen de odio es un recurso habitual de los activistas gays. La ideología homosexualista, considera que la homosexualidad es una condición natural de la persona, y todo lo que sea manifestar oposición y/o desagrado hacia ella constituye “odio” y “racismo”. En Rancho Cucamonga (California-USA), el Pacific Justice Institute, denunció que un estudiante había sido suspendido en su escuela por llevar una camiseta que decía “La verdad es la verdad. La homosexualidad está mal”. Según el instituto, al que acudieron los padres del menor, éste nunca tuvo problemas de conducta y es un alumno “A”, es decir muy bueno. Curiosamente la escuela, en su ideario dice que entre objetivos se encuentran educar en la “tolerancia” y la “diversidad”. Seis ministros episcopalianos fueron cesados en sus cargos, “por romper la comunión con la iglesia, declarando que la homosexualidad repugna a la doctrina cristiana». Los seis pastores se opusieron abiertamente a la “ordenación episcopal” del homosexual declarado Gene Robinson, como obispo episcopaliano de New Hampshire (Connecticut, USA). Los seis, perdieron sus parroquias y por lo tanto sus medios de vida.

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