En respuesta a los dichos del Arzobispo de Luxemburgo Cardenal Jean-Claude Hollerich

 


En el Reinado de María Santísima se manifiesta claramente el lugar, reconocido por la fe, en que Cristo Rey coloca a su Madre y Madre nuestra.


 

 

Fuente: Aci Prensa

 

En su carta apostólica San Juan Pablo II define: “Con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia”.

Por otra parte, en sintonía con lo establecido por su predecesor, en varias ocasiones el Papa Francisco ha señalado que ello ya ha sido resuelto definitivamente por San Juan Pablo II.

“Sobre la ordenación de mujeres en la Iglesia Católica, la última palabra clara fue pronunciada por San Juan Pablo II, y esta permanece”, subrayó el Pontífice en la rueda de prensa durante el viaje de retorno de Suecia a Roma, en noviembre de 2016.

¿Qué más dice la Ordinatio sacerdotalis?

“La ordenación sacerdotal, mediante la cual se transmite la función confiada por Cristo a sus Apóstoles, de enseñar, santificar y regir a los fieles, desde el principio ha sido reservada siempre en la Iglesia Católica exclusivamente a los hombres”, señala la carta apostólica publicada el 22 de mayo de 1994, en la Solemnidad de Pentecostés.

La carta destaca que, entre las razones esgrimidas para ello, están “el ejemplo, consignado en las Sagradas Escrituras, de Cristo que escogió sus Apóstoles sólo entre varones; la práctica constante de la Iglesia, que ha imitado a Cristo, escogiendo sólo varones; y su viviente Magisterio, que coherentemente ha establecido que la exclusión de las mujeres del sacerdocio está en armonía con el plan de Dios para su Iglesia”.

San Juan Pablo II recuerda también que esta práctica ha sido confirmada por el Papa San Pablo VI en una declaración titulada Inter insigniores de 1976.

El documento pontificio del Papa polaco resalta, además, que “la presencia y el papel de la mujer en la vida y en la misión de la Iglesia, si bien no están ligados al sacerdocio ministerial, son, no obstante, totalmente necesarios e insustituibles”.

En la entrevista con el medio católico croata, se recuerda que la Congregación –hoy Dicasterio– para la Doctrina de la Fe, también publicó dos documentos que precisan que la carta apostólica Ordinatio sacerdotalis contiene una enseñanza infalible.

Uno de estos textos explica, además, que “no hay violencia ni discriminación hacia las mujeres” en esta tradición de la Iglesia; y destaca que el sacerdocio ministerial “es un servicio y no una posición de poder humano o de privilegio sobre los demás”.

No menos significativas son las puntualizaciones que hace respecto a la imposibilidad de cuestionar el contenido de la Ordinatio sacerdotalis: “Ante este preciso acto magisterial del Romano Pontífice, explícitamente dirigido a toda la Iglesia Católica, todos los fieles tienen el deber de prestar su asentimiento a la doctrina enunciada. Y a este propósito, la Congregación para la Doctrina de la Fe, con la aprobación del Papa, ha dado una respuesta oficial sobre la naturaleza de ese asentimiento. Se trata de un pleno asentimiento definitivo —es decir, irrevocable—, a una doctrina propuesta infaliblemente por la Iglesia”.

Esta doctrina es expuesta en respuesta a los dichos del Arzobispo de Luxemburgo, cuando se le preguntó sobre si el Papa puede decidir algo contrario a lo que escribió San Juan Pablo II en la carta apostólica Ordinatio sacerdotalis, el Cardenal aseguró: “Con el tiempo, sí”.

Nuevamente interrogado sobre si lo que se señala en ese documento es “enseñanza infalible”, el Cardenal contestó: “No estoy seguro de que se pueda llamar así, probablemente no. Infalible sería, por ejemplo, la proclamación del dogma de la Asunción de María de Pío XII”.

El Arzobispo de Luxemburgo manifestó que lo establecido en la Ordinatio sacerdotalis “seguramente es una verdadera enseñanza para su tiempo, y no podemos simplemente hacerla a un lado. Sin embargo, creo que podría haber algún espacio para extender la enseñanza, para ver cuáles de los argumentos del Papa Juan Pablo II podrían desarrollarse. Pero por el momento, si el Papa Francisco me dice que no es una opción, entonces no es una opción”.

Al ser preguntado sobre una entrevista que concedió en 2022 a la agencia alemana KNA, en la que sí afirmó estar “abierto” a la idea de ordenar sacerdotisas, el Cardenal respondió que “el Papa Francisco no quiere la ordenación de mujeres y soy completamente obediente a eso”.

“Sin embargo, la gente lo sigue debatiendo. No soy un promotor de la ordenación de mujeres, soy un promotor de darle a las mujeres más responsabilidad pastoral”, agregó.

“Y si logramos eso, entonces tal vez podamos ver si aún hay un deseo entre las mujeres por la ordenación. Pero para un cambio tan grande, tenemos que buscar el consentimiento de la Iglesia Ortodoxa. No podríamos hacerlo nunca si es que ponemos en peligro nuestra fraternidad con los ortodoxos o si polariza la unidad de nuestra Iglesia”, explicó el Cardenal.

Al ser consultado sobre si la ordenación de mujeres sería sólo un asunto de juicio prudencial, el Cardenal Hollerich respondió: “Es el Santo Padre quien tiene que decidirlo”.