El último informe del Pew Forum, Centro Norteamericano de investigación sobre religión y vida pública, muestra cómo crece la persecución a los cristianos. Por un lado esta investigación señala el crecimiento del número de cristianos en el mundo, pero también cómo este aumento se da en las zonas más "candentes" del planeta, por lo que aumenta también el número de los cristianos que sufren persecución. “La fe más seguida en el mundo está acumulando perseguidores” afirmó hace unos días el semanario británico The Economist.
El semanario británico denuncia así mismo que los países europeos, tendrían que hacer algo al respecto para defender el derecho universal de la libertad religiosa.
El cristianismo está creciendo casi al mismo ritmo que la humanidad, pero muchos de sus dos mil doscientos millones de fieles no pueden vivir en libertad. Los cristianos del África sub-sahariana aumentaron, con respecto al siglo pasado, del 9% al 63%. También todos recordamos cómo en Nigeria, decenas de cristianos han perdido la vida en atentados de islamistas, que llevaron a cabo sus masacres durante las celebraciones de la Navidad. En Irán y Paquistán, los cristianos son acusados de “apostasía” (abandono del islam) o por blasfemia y condenados a muerte.
Docenas de iglesias en Indonesia hansufrido ataques o han tenido que cerrar. Dos tercios de la población cristiana anterior a la guerra de Iraq han huido del país. En Egipto y Siria, el celo de los musulmanes amenaza a los antiguos grupos cristianos. Pero el cristianismo también afronta persecuciones de los gobiernos comunistas de China y Vietnam. En India, los nacionalistas hindúes persiguen a quienes quieren convertirse al cristianismo. En Tierra Santa, las iglesias locales viven entre la invasión de sus propiedades por parte de Israel y las ofertas de los islamistas para monopolizar la vida de Palestina.
La situación es tan urgente que el Papa durante el último discurso ante el cuerpo diplomático acreditado en la Santa Sede, el pasado 9 de enero, indicó como “en muchos países, los cristianos son privados de sus derechos fundamentales y marginados de la vida pública; en otros, sufren ataques violentos contra sus iglesias y sus casas. A veces son obligados a abandonar los países que han contribuido a edificar, a causa de continuas tensiones y de políticas que frecuentemente los relegan a meros espectadores secundarios de la vida nacional”. “Cuando Benedicto XVI denuncia que la libertad religiosa es un derecho todavía limitado o escarnecido nos recuerda, sobre todo, que en el mundo los cristianos siguen siendo amenazados”, indicó ante la Radio Vaticana el sociólogo Massimo Introvigne, responsable de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa) para las discriminaciones hacia los cristianos. “Ciento cincuenta mil muertos al año, uno cada cinco minutos, como he dicho en más de una ocasión durante mi mandato OSCE, son las cifras de un verdadero genocidio”.

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