Un Papa «poco popular»: Así se empeñaron en calificar algunos medios de comunicación al felizmente reinante Benedicto XVI.
Cuando se critica mucho a una persona por lo general es porque se le tiene temor. La pregunta es ¿de qué? ¿Será que los no católicos creen más en la fuerza de la palabra del Papa que los propios católicos? No por nada Cristo dijo a sus discípulos: ´Yo soy al camino la verdad y la vida´. ¿Quién le teme a la verdad? Los que aman la mentira. Y es lo que tristemente constatamos en aquellos que critican las palabras sabias y profunda que el Romano Pontífice dirige a los hombres y mujeres en los días de hoy.
Es el problema de fondo que se plantea a las nuevas generaciones: ¿Es posible ser libre siguiendo la verdad?
En torno a Benedicto XVI se reunieron en Madrid más de 2 millones de jóvenes
Ya las Sagradas Escrituras nos muestran un Poncio Pilatos, indagando inquieto: ¿Qué es la verdad? Y, olvidando que la verdad nos hace libres, abrazó la mentira y condenó la Justicia que era Cristo nuestro Divino Salvador. La historia se repite, y nuevamente Cristo quiere ser condenado en la persona del Papa por decir, amar y defender la libertad de mostrar la verdad.
Dijo Platón: «Busca la verdad mientras eres joven, pues si no lo haces, después se te escapará de entre las manos» (Parménides, 135d). Fueron estas las palabras de Benedicto XVI dirigidas a los profesores que lo esperaban en el interior de la Basílica del Monasterio del Escorial, en la última Jornada Mundial de la Juventud que reunió más de dos millones de jóvenes. Para ser un Papa «impopular» no está mal…
Y en la catequesis del pasado miércoles reafirmó nuevamente su idea de «ser verdaderos formadores de las nuevas generaciones, guiándolas en la búsqueda de la verdad no solamente con las palabras, sino también con la vida, conscientes que la Verdad es Cristo mismo». (Catequesis de la Audiencia general, 24-08-2011, Palacio Apostólico de Castelgandolfo)
Días atrás veíamos una especie de «grito de libertad» de miles de jóvenes que destrozaron y saquearon todo a su paso por las calles de Inglaterra. De hecho, nadie sabe con exactitud qué es lo que querían o porqué se comportaban así. Más parecía un nuevo mayo del ´68: ¡Es prohibido prohibir! Y a eso se lo considera libertad y algo popular.

Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que estamos ante un gran cambio, ahora gradual y por veces violento, de una nueva generación emergente, cansada de las cosas aparentes y ansiosa de cambios radicales. A estas generaciones se les plantea dos opciones: seguir al Padre de la Verdad o caer con el padre de la mentira.
La respuesta está en los deseos expresados por su Santidad a los jóvenes participantes de la JMJ de Madrid: «Lleven al mundo entero la alegría del Evangelio, con la palabra y una vida colmada de obras de caridad. (Catequesis de la Audiencia general, 24-08-2011, Palacio Apostólico de Castelgandolfo)

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