CHILE.8 MARZO. Mensaje del Pbro. Ignacio Muñoz, Vicario Episcopal de la Pastoral de los Trabajadores del Arzobispado de Santiago de Chile con motivo del día internacional de la mujer: El año 1975, la Organización de las Naciones Unidas instituye el Día Internacional de la Mujer. Motiva la fecha elegida, la epopeya vivida por 129 mujeres trabajadoras textiles, que un día 8 de marzo de 1909 mueren calcinadas en incendio intencional a su taller de trabajo de la Fabrica Cotton de Nueva York. No se pudo soportar una protesta que pedía mayor Justicia Social, expresada en el respeto a los horarios y franquicias laborales. Sin lugar a dudas, ese martirio es señal de la continua lucha de innumerables mujeres y, en particular de trabajadoras, por reivindicar sus derechos en la sociedad y ocupar en ella un lugar de igualdad. Conmemorar este Día Internacional, es ante todo una manera colectiva de reconocer con gratitud a Dios, el valioso aporte de la mujer en la construcción de una sociedad llena de humanidad: su fuerza y ternura; su capacidad de trabajo, resistencia y perseverancia; su lucha y coraje son elementos incomparables. Una manera concreta de homenajear, de manera permanente a la mujer y no sólo en su Día, es que como país cada cual desde su lugar y posibilidad de influencia, se comprometa a hacer lo que más esté de su parte, para colaborar en ir respondiendo a las principales situaciones que hoy aflige de manera sensible a toda mujer de trabajo. Como sabemos la mujer trabaja dentro y fuera del hogar y a ella le urge entre otras cosas: – No ser discriminada como hija, esposa, madre, jefa de hogar y jubilada. – Saberse respetada y valorizada por superiores, subalternos y sus pares. – No sentirse amenazada en su vocación a realizarse como persona, constituir familia y ser madre. – Saber que en igualdad de condiciones con el varón, pueda optar a trabajos dignos con contratos; salarios justos, pagos previsionales, horarios flexibles sin rebajas de sueldos. Que María de Nazareth interceda por todas nuestras mujeres y en especial por las que están pasando momentos difíciles y ven tan lejana la felicidad que buscan. Que Ella inspire soluciones sabias y justas, regalando sincera voluntad política, a quienes están especialmente llamados a velar por el bien común del pueblo en el que ocupa un lugar clave toda mujer.