PORTUGAL. Agencias, Martes 15 de Febrero: Los fieles han llegado de diversas partes de Portugal y Europa para rendir un último homenaje a Sor Lucía, última sobreviviente de los tres pastores a quienes se les apareció la Virgen María en 1917. El funeral de la religiosa se llevará a cabo hoy en la Catedral de Coimbra, donde dejó de existir el domingo, a los 97 años… Lucía y sus primos, fueron depositarios de tres secretos entregados por la Virgen y que ya fueron dados a conocer al mundo. El obispo de Coimbra, Albino Cleto, que acompañó a sor Lucía en sus últimos instantes, dirigió una vigilia de oración en la capilla del convento carmelita, mientras las personas en fila rodeaban el templo para ver por última vez a distancia a quien muchos portugueses consideran ya santa. Muchos más desean asistir a las exequias de la vidente, cuyos restos serán llevados a las 11.00 hora local y GMT a la Catedral de Coimbra, donde horas después se celebrará el funeral previo a la inhumación en el claustro del Carmelo. En una jornada declarada de luto nacional, que ha conseguido frenar en su recta final la campaña para las elecciones legislativas del próximo domingo, otros miles de ciudadanos seguirán por televisión los actos. Por deseo expreso de la religiosa, nacida en Aljustrel, aldea cercana a Fátima, y bautizada como Lucía de Jesus dos Santos, sus restos permanecerán un año en el convento carmelita y sólo después serán conducidos al lugar que tiene reservado junto a sus primos, Francisco y Jacinta Marto, en el Santuario más visitado de Portugal. Lucía y sus primos, fallecidos prematuramente a los dos años del milagro que dijeron haber presenciado, estaban el 13 de mayo de 1917 en el lugar conocido como Cova da Iría y afirmaron que habían visto a «una señora vestida de blanco sobre la rama de una encina y que brillaba más que el sol». Durante varios meses, siguiendo el mandato de la Virgen María, acudieron al lugar los días 13 y aseguraron haber recibido encargo de «la Señora» de predicar el rezo del rosario y ser depositarios de tres secretos confiados por ella. Actualmente son conocidos todos, referidos al final de la Primera Guerra Mundial, a la muerte prematura de Francisco y Jacinta y, según comunicó Lucía al papa Juan Pablo II el 13 de mayo de 2000, el último era una premonición del atentado sufrido por el Pontífice en la Plaza de San Pedro otro 13 de mayo de 1988. Aunque sólo los partidos de centroderecha han suspendido todos los actos de campaña, la muerte de sor Lucía ha atenuado la de la izquierda por respeto a los sentimientos de una ciudadanía portuguesa de mayoría católica. En Fátima, el vicepostulante del proceso de canonización de los primos de Lucía, padre Luis Kondor, cree que la difunta reúne «todas las condiciones» para subir a los altares, porque «son miles» los milagros que le atribuyen los fieles. Pero, conforme al derecho canónico, sólo tras su muerte podrán ser tomadas en cuenta las supuestas pruebas de santidad que, como recuerda Kondor, «merecían bromas de la hermana Lucía», quien comentaba que eran muchos los milagros que hacía sin saberlo. Antes de la eventual beatificación es preciso que alguien proponga al Vaticano iniciar el proceso y el nombre de un postulante, y Kondor dice que la muerte de Lucía un día 13 es un signo divino más, por su coincidencia con la fecha de las apariciones.

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