El portavoz del Vaticano, el español Joaquín Navarro Valls, afirmó que espera que Juan Pablo II pueda ser beatificado, pero comentó que él ya está convencido de su santidad «al margen de cualquier proceso», durante una entrevista en el programa televisivo del canal estatal RAI2. Navarro contó algunos episodios de la vida del Papa Juan Pablo II y explicó que el recuerdo que siempre llevará en su corazón es cuando el Pontífice le llamó el día del entierro de su padre para darle el pésame e interesarse sobre cómo estaba su madre. «Aún me sorprende. Que un Papa con todos las tareas que tiene se haya acordado de mí y de mi pobre padre», explicó Navarro Valls, que añadió que cree que «esto es una señal de santidad: el estar en comunión con todos incluso con el último de sus colaboradores y de los fieles en la vida cotidiana». Comentando la personalidad de Juan Pablo II, el portavoz vaticano señaló que otro de los aspectos del Papa que más sorprendían era la relación especial que tenía con la oración, a la que dedicaba varias horas al días. «Hace algunos años tenía una cita con el Papa. Su secretario me dijo que estaba recogido en oración en su capilla privada y que había sido advertido de mi llegada. Entré entonces en la capilla y esperé en silencio. Pasaron 40 minutos sin que Juan Pablo II se moviese. Después se volvió y me dijo que no se había dado cuenta de que había llegado y que el tiempo estaba pasando. La oración era una parte determinante de su vida», recordó Navarro Valls. En la entrevista, el portavoz de la Santa Sede desde 1984, comentó que «Juan Pablo II fue un Papa alegre hasta al final incluso en aquellos momentos de dolor supo afrontar su vida con la alegría que tiene que tener todo cristiano, en vivir en armonía con la fe».

Para Navarro Valls «no es verdad que Juan Pablo II haya sido un Papa a quien no se le ha escuchado», explicando que «ha contribuido de manera determinante a aumentar la sensibilidad ética del hombre moderno. Y este resultado lo ha conseguido con una mezcla increíble entre trabajo y oración que lo han llevado a no ver los resultados sino a las siguientes metas que conseguir». Asimismo, «con los últimos días de su vida, nos ha enseñando cómo se tiene que morir y como se tiene y se puede convivir con el sufrimiento», añadió, comentando que la tarde de su muerte también él tuvo un momento muy duro cuando paso «desde las habitaciones del Papa donde combatía entre la vida y la muerte a la sala de prensa, donde el mundo esperaba noticias». «Entonces entendí que no se podía eliminar una parte importante de la extraordinaria vida de este Papa, los instantes finales de su sufrimiento, que eran una parte integrante de su vida», dijo el portavoz del Vaticano, que un día antes de la muerte de Juan Pablo II tuvo unos instantes emotivos en la sala de prensa cuando un periodista le preguntó como se sentía personalmente en esos momentos.

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