"Yo ruego por ellos;  no ruego por el mundo,  sino por los que me diste;  porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo,  y lo tuyo mío;  y he sido glorificado en ellos.  Y ya no estoy en el mundo;  mas éstos están en el mundo,  y yo voy a ti.  Padre santo,  a los que me has dado,  guárdalos en tu nombre,  para que sean uno,  así como nosotros." (San Juan 17, 9-11)
Pocas veces en la historia de la Iglesia, los sacerdotes, hombres que han sido constituidos por Dios para ser "otro Cristo", trayendo la vida divina a las almas, por medio de la Eucaristía, la confesión y los demás sacramentos, se han visto sometidos a tantas agresiones, y a tentaciones que intentan separarles de la excelsa misión para la que el Señor les ha llamado.
El ataque que están sufriendo por parte de los enemigos de la Iglesia, es sistemático, y ciertamente, ellos no están exentos de las flaquezas humanas, por lo que necesitan del auxilio del Espíritu Santo para ser fieles cada día.
Por esta razón, queremos invitar a todos los que quieran ayudar a los sacerdotes, a unirse a nuestra campaña de "Oración por la Santificación de los Sacerdotes".
Una razón importante es que, durante este tiempo de Cuaresma, sacerdotes y religiosos  participan comunitariamente de los Ejercicios Espirituales en sus Diócesis o Congregaciones, en torno a sus Obispos o Superiores.
Así lo recomienda la Iglesia, para el provecho espiritual de cada uno, para beneficio de su ministerio y el bien de toda la Iglesia y sus fieles.
“Están asimismo los encuentros de espiritualidad sacerdotal, como los Ejercicios espirituales, los días de retiro o de espiritualidad. Son ocasión para un crecimiento espiritual y pastoral; para una oración más prolongada y tranquila; para una vuelta a las raíces de la identidad sacerdotal; para encontrar nuevas motivaciones para la fidelidad y la acción pastoral.” (Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Pastores dabo vobis, 25 de marzo de 1992, nº 80).
También la Congregación para el Clero ha dado indicaciones prácticas:
“Como demuestra la larga experiencia espiritual de la Iglesia, los Retiros y los Ejercicios Espirituales son un instrumento idóneo y eficaz para una adecuada formación permanente del clero. Ellos conservan hoy también toda su necesidad y actualidad. Contra una praxis, que tiende a vaciar al hombre de todo lo que sea interioridad, el sacerdote debe encontrar a Dios y a sí mismo haciendo un reposo espiritual para sumergirse en la meditación y en la oración.
Por este motivo la legislación canónica establece que los clérigos: "están llamados a participar de los retiros espirituales, según las disposiciones del derecho particular". Los dos modos más usuales, que podrían ser prescritos por el Obispo en la propia diócesis son: el retiro espiritual de un día -de ser posible mensual- y los Ejercicios Espirituales anuales.
Es muy oportuno que el Obispo programe y organice los Retiros y los Ejercicios Espirituales de modo que cada sacerdote tenga la posibilidad de elegirlos entre los que normalmente se hacen, en la Diócesis o fuera de ella, dados por sacerdotes ejemplares o por Institutos religiosos especialmente experimentados por su mismo carisma en la formación espiritual, o en monasterios (…).
En todo caso, es necesario que los retiros y especialmente los Ejercicios Espirituales anuales sean vividos como tiempos de oración y no como cursos de actualización teológico-pastoral”. (Congregación para el Clero, Directorio para el ministerio y vida de los presbíteros, 31 de enero de 1994, nº 85).
 También las Comunidades Religiosas Femeninas, Órdenes, Congregaciones, Institutos Seculares y Movimientos, realizan sus retiros anuales antes de iniciar sus actividades apostólicas.
Campaña de Oración por la Santificación de los Sacerdotes


Para que el Santísimo sea amorosamente accesible y adorado:
Señor, danos Sacerdotes santos.
Para que el Evangelio sea proclamado fielmente y sin descanso:
Señor, danos Sacerdotes santos.
Para que en la absolución sacramental encontremos nuestra
paz y felicidad: Señor, danos Sacerdotes santos.
Para que la unión en la oración traiga la unión entre
todos los cristianos: Señor, danos Sacerdotes santos.
Para que nuestras Iglesias locales y sus responsables sean
siempre leales al Santo Padre: Señor, danos Sacerdotes
santos.
Para que toda vida humana sea protegida y defendida como
sagrada: Señor, danos Sacerdotes santos.
Para que la misericordia de Dios se extienda a los pecadores,  
moribundos y difuntos: Señor, danos Sacerdotes santos.
Para que la juventud tenga ayuda para crecer libre de las
drogas y toda adición: Señor, danos Sacerdotes santos.
Para que los encarcelados, los ancianos y los sin techo
encuentren fe y esperanza en Cristo: Señor, danos
Sacerdotes santos.
Para que el amor de Cristo sane los desamparados,
los que guarden cama y los enfermos: Señor, danos Sacerdotes santos.
Para que Cristo sea la meta y el gozo de los jóvenes y
los fuertes: Señor, danos Sacerdotes santos.
Para que los que han oído la llamada de Dios escúchenlo
para hacerse líderes futuros: Señor, danos Sacerdotes santos.
OREMOS. Dios de misericordia y santidad, escucha
el grito angustiado de tu pueblo para tener sacerdotes
santos que les guíen. Llena sus corazones con celo
luminoso a fin de que puedan desempeñarse dignamente
en tu presencia, sean siempre leales a tu Iglesia,
y alcancen amarte con un amor eterno. Te lo pedimos
por Cristo, nuestro Señor.
Padre Nuestro…
Dios te Salve…
Gloria…
A nuestro Santísimo Padre, el Papa,       REVÍSTELO CON TU PODER Y TU GRACIA, SEÑOR.
A los Cardenales y delegados Pontificios,      ENVÍALES TU LUZ, SEÑOR.
A los Arzobispos y Obispos,                    DALES TUS DONES, SEÑOR.
A los sacerdotes formadores en los seminarios               DALES TU CIENCIA, SEÑOR.
A los sacerdotes Diocesanos,                    PROTÉJELOS, SEÑOR.
A los sacerdotes religiosos,                     CONDÚCELOS, SEÑOR.
A los sacerdotes encargados de los hospitales                DALES CONSTANCIA, SEÑOR.
A los sacerdotes enfermos,                    SÁNALOS, SEÑOR.
A los sacerdotes tibios,                   ENFERVORÍZALOS, SEÑOR.
A los sacerdotes débiles,                    FORTALÉCELOS, SEÑOR.
A los sacerdotes tentados,                    DALES EL TRIUNFO, SEÑOR.
A los sacerdotes en pecado,                     DALES TU GRACIA, SEÑOR.
A los sacerdotes pobres,                    SOCÓRRELOS, SEÑOR.
A los sacerdotes celosos,                    AYÚDALOS, SEÑOR.
A los sacerdotes que desean amarte,      ENCIÉNDELOS, SEÑOR.
A los sacerdotes tristes,                    CONSUÉLALOS, SEÑOR.
A los sacerdotes turbados,      DALES PAZ, SEÑOR.
A los sacerdotes ancianos,      SOSTÉNLOS, SEÑOR.
A los sacerdotes jóvenes,      IMPÚLSALOS A TU GLORIA, SEÑOR.
A los sacerdotes aislados,      ACOMPÁÑALOS, SEÑOR.
A los sacerdotes atados a lo terreno,             ROMPE SUS CADENAS , SEÑOR.
A los sacerdotes misioneros,      PROTÉGELOS, SEÑOR.
A los sacerdotes predicadores,      ILUMÍNALOS, SEÑOR.
A los sacerdotes directores de almas,            INSTRÚYELOS, SEÑOR.
A los sacerdotes párrocos,      GUÍALOS, SEÑOR.
De los sacerdotes vicarios,      FORTALÉCELOS, SEÑOR.
A los sacerdotes difuntos,      DALES TU GLORIA, SEÑOR.
De toda tu Iglesia purgante y militante,       APIÁDATE, SEÑOR.
A todos los sacerdotes,      DALES PUREZA, SEÑOR.
Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas,     Dadnos muchos y santos sacerdotes y haz de nuestras familias semilleros de vocaciones. Amén
   "Yo ruego por ellos;  no ruego por el mundo,  sino por los que me diste;  porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo,  y lo tuyo mío;  y he sido glorificado en ellos.  Y ya no estoy en el mundo;  mas éstos están en el mundo,  y yo voy a ti.  Padre santo,  a los que me has dado,  guárdalos en tu nombre,  para que sean uno,  así como nosotros." (San Juan 17, 9-11)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *