ROMA. El Papa Juan Pablo II condenó hoy el «vil» tráfico de niños y rezó por las víctimas más jóvenes del desastre del tsunami asiático, al celebrar la Epifanía del Señor. «Al renovar mis oraciones por las víctimas jóvenes del terremoto en Asia, no olvido aquellos niños que son víctimas del hambre y las enfermedades, la guerra y el terrorismo, o aquellos niños secuestrados, perdidos o explotados por el tráfico vil» dijo el Papa ante decenas de miles de peregrinos en la Plaza de San Pedro. Los niños representan al menos un tercio de los casi 150.000 fallecidos por el sismo y el maremoto del 26 de diciembre y las Naciones Unidas han dicho que la «generación tsunami» de Asia posiblemente sufrirá más que los adultos mientras luchan por alimentos, agua y contra las enfermedades. Las informaciones de niños huérfanos o desorientados que son atrapados por bandas criminales que buscan venderlos como esclavos han incrementado los temores sobre los más vulnerables. El Papa, hizo su oración en el festivo de la Epifanía, celebrado como el día en el que los Reyes Magos acudieron para venerar al Niño Jesús. El pontífice también envió su saludo a la Iglesia Ortodoxa, que celebra la Navidad esta semana. Como uno de los objetivos de su papado, Juan Pablo II se propuso cerrar el cisma entre la rama oriental de la Iglesia y la occidental, una división que data del año 1054.

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