El Papa Benedicto XVI consideró hoy que para favorecer la paz y comprensión entre pueblos y hombres es necesario y urgente que religiones y símbolos religiosos sean respetados y evitar caer en provocaciones contra los creyentes. En un discurso al nuevo embajador de Marruecos ante la Santa Sede, Ali Achour, quien presentó sus cartas credenciales, el Pontífice se refirió de forma indirecta a las protestas en países islámicos contra viñetas de Mahoma publicadas por diarios europeos. Aunque el Papa rechazó las «provocaciones que hieren los sentimientos religiosos», condenó la violencia desencadenada con el pretexto de las caricaturas. «La intolerancia y la violencia no pueden nunca justificar las respuestas a las ofensas, porque no son respuestas compatibles con los principios de la religión», dijo en su discurso en francés. «Es por eso que no podemos sino deplorar las acciones de aquellos que se aprovechan deliberadamente de la ofensa contra los sentimientos religiosos para fomentar actos violentos, tanto más que ello es hecho con fines ajenos a la religión», añadió. Según el Pontífice «para los creyentes, como para todos los hombres de buena voluntad, la única vía que puede llevar a la paz y a la fraternidad es la del respeto a las convicciones y a las prácticas religiosas de otros». Ello, agregó, para que «recíprocamente sea posible asegurar para todos el ejercicio de la propia religión libremente elegida». El Papa además se congratuló por los 50 años de la independencia de Marruecos y llamó a que los avances del país «permitan a todos los marroquíes vivir con seguridad y dignidad, para que cada uno pueda participar activamente en la vida social y política del país». «Una democracia auténtica exige un consenso sobre cierto tipo de valores esenciales, como la dignidad trascendente de la persona humana, el respeto de los derechos humanos, el bien común como fin y criterios de regulación de la vida política», acotó. Asimismo, el Pontífice exhortó a que el mar Mediterráneo sea un lugar de encuentro y diálogo entre pueblos y culturas. Benedicto XVI recordó que el Mediterráneo es uno de los principales puntos de ingreso de inmigrantes a Europa y es necesario que los países de tránsito o de expulsión de personas, así como los de acogida, no las consideren solamente como mercancía o fuerza de trabajo.

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