Reconocimiento que solo ostentan 36 figuras de la Iglesia.

Se atribuye ‘Doctor de la Iglesia’ a quienes en cualquier época han afirmado y defendido la ortodoxia cristiana con sus propios escritos.
Por REDACCIÓN RELIGIÓN RADIO COPE

Las peticiones para que Benedicto XVI sea proclamado ‘Doctor de la Iglesia’ se han multiplicado desde que se produjera su fallecimiento. Un reconocimiento que se atribuye de manera excepcional a quienes en cualquier época han afirmado y defendido la ortodoxia cristiana con sus propios escritos, y que solo tienen 36 personalidades de la Iglesia.

Para optar a este grado, se necesita un largo procedimiento y una canonización, salvo que un Papa o un concilio lo conceda por su propia iniciativa.

El último en unirse a las voces que piden que el teólogo Joseph Ratzinger sea proclamado ‘Doctor de la Iglesia’ ha sido el cardenal Angelo Bagnasco, expresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, que en una entrevista publicada en el diario La Stampa deseaba que “pronto sea declarado doctor de la Iglesia».

“Benedicto XVI fue un gran pensador y un verdadero Doctor de la Iglesia de hoy», según describió al Papa Benedicto el cardenal y teólogo alemán Gerhard Müller, en una reciente entrevista en la publicación estadounidense National Catholic Register.

Muller, quien fundó el Instituto Benedicto XVI para poner a disposición los escritos recopilados de Joseph Ratzinger, ex prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, explicó que el Papa emérito fue «uno de los más grandes eruditos cristianos de nuestro tiempo”.

“Coloco a Benedicto XVI junto a los grandes, como Doctor de la Iglesia, Padre de la Iglesia. En mi biblioteca he colocado las obras del papa Benedicto junto a las de San Agustín”, afirmó en una entrevista con el Corriere della Sera el cardenal teólogo Christoph Schönborn, de 77 años, arzobispo de Viena, además del alumno más famoso de Joseph Ratzinger.

“Yo lo comparo con San Agustín, su maestro, me atrevo a colocarlos uno al lado del otro. Su enseñanza, obras, ministerio episcopal y petrino. Después de siglos hemos tenido un papa teólogo, un maestro de la teología. Quedará entre los grandes que recordaremos en los siglos venideros, recordaremos a Joseph Ratzinger en el siglo XX como recordamos a John Henry Newman en el XIX y a Tomás de Aquino y Buenaventura en el XIII”, añadió.

Algunos de los 36 doctores de la Iglesia

Los primeros cuatro ‘Doctores de la Iglesia Universal’ fueron proclamados en 1298: san Jerónimo, san Agustín, san Ambrosio y san Gregorio Magno, y en el 1568 se añadieron san Atanasio el Grande, san Basilio Magno, san Gregorio Nacianceno, san Juan Crisóstomo y santo Tomás de Aquino,

Entre estos 36 ‘doctores y doctoras de la Iglesia’ hay cuatro mujeres: Santa Catalina de Siena, patrona de Italia, la primera mujer santa proclamada doctora de la Iglesia; Santa Teresa de Ávila, monja y mística española; en 1997, por voluntad de Juan Pablo II, se unió Santa Teresa de Lisieux, mística francesa y patrona de Francia, y en 2012, Santa Hildegarda de Bingen, una monja benedictina de origen alemán que vivió a finales del siglo XII, declarada «Doctora de la Iglesia» por Benedicto XVI.

La propuesta, que puede llegar por parte de una conferencia episcopal, es estudiada primero por la Congregación para la Doctrina de la Fe y después por la Congregación para las Causas de los Santos. Si las dos congregaciones emiten un dictamen positivo, se convoca una reunión conjunta de los cardenales de ambas, que somete formalmente la petición al Papa.

Si el Papa lo desea, puede proclamar «Doctores» por propia iniciativa. El último «Doctor de la Iglesia» fue Gregorio de Narek, poeta, monje, teólogo y filósofo místico armenio que vivió alrededor del año 1000 y fue proclamado en 2015.

Mons. Charles Chaput, Arzobispo Emérito de Filadelfia, escribió que echará mucho de menos la influencia, buenos consejos y calidad intelectual del Papa Benedicto XVI, y reconoció que es “un candidato para ser un día Doctor de la Iglesia”.

“Benedicto era simplemente la persona más inteligente que he conocido, no solo en su comprensión sino también en su articulación, y claramente un candidato para ser un día Doctor de la Iglesia”, expresó el Prelado estadounidense en una columna publicada el 4 de enero.

Reconoció, además, que extrañará “mucho la influencia de Benedicto en la Iglesia”, especialmente su “voz, testimonio y calidad de vida intelectual”, que “perduraron incluso en su retiro”.

“Su tranquila presencia me dio la confianza de que su enseñanza aún estaba viva en nuestros tiempos turbulentos. Será más fácil para algunos negar o ignorar esas enseñanzas ahora que se ha ido. Así, echaré de menos el consuelo de su presencia viva en la Iglesia”, aseguró.

El Papa Benedicto XVI falleció el 31 de diciembre de 2022 en Roma, y fue sepultado el 5 de enero en las Grutas vaticanas.