Valencia, 8 (NE – eclesiales.org) «La ciencia debe estar al servicio de la vida en todas sus fases». Así lo afirmó el Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, destacando que «el progreso sólo es posible si respeta plenamente la dignidad inviolable de todos los seres humanos en cualquier momento de su desarrollo». Asimismo, el Prelado recordó que «el derecho a la vida de los seres humanos, incluso en su etapa de embriones, debe prevalecer sobre cualquier consideración acerca de la eficacia de esos fines que se pretenden conseguir». «Hay que insistir en que el embrión humano no es una cosa, ni un mero agregado de células vivas, sino el primer estadio de la existencia de un ser humano, una fase por la que hemos pasado todos, y por lo tanto, no es lícito quitarles la vida o hacer nada con ellos que no sea en su propio beneficio», destacó. «La ciencia y la medicina que se permiten eliminar seres humanos, aunque éstos no tengan más que unos días de edad, se convierten en actividades inmorales y antisociales». Como hiciera la Conferencia Episcopal, en su nota del pasado 25 de mayo, monseñor García- Gasco destacó como «ejemplo de ciencia puesta al servicio de la vida humana», los nuevos tratamientos que ya se están aplicando en España «gracias a la investigación con células madre procedentes de tejidos de adultos, que constituyen auténticas terapias porque curan sin dañar ni eliminar la vida de nadie».

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