«Desde hace varios años, la sociedad holandesa, marcada por el fenómeno de la secularización, ha puesto en marcha una nueva política legislativa relacionada con el comienzo y el final de la vida humana», dijo el Papa al nuevo embajador holandés ante la Santa Sede, por medio del cual, pidió a las autoridades holandesas y a los médicos que sopesen la gravedad de sus posturas acerca de la eutanasia en su país, el primero del mundo donde esta práctica quedó legalizada en el caso de los adultos que sufren enfermedades dolorosas y incurables. «La Santa Sede no ha fracasado al mostrar su clara posición y al invitar a los católicos en Holanda a cumplir el más abosluto respeto a la persona humana, desde la concepción hasta la muerte natural», señaló el Vicario de Cristo. «Una vez más pido a las autoridades y al personal médico, y a todos los que ejercen un papel educativo, que sopesen la gravedad de estas cuestiones, a pesar de la importacia de la opción que uno tome, con el deseo de construir una sociedad más atenta a las personas y a la dignidad», dijo Juan Pablo II.

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