Roma.- El papa Juan Pablo II encendió el Cirio de la Paz en la ventana de su apartamento, que da a la Plaza de San Pedro del Vaticano, uno de los tradicionales ritos antes de la Misa de Gallo. El sumo pontífice saludó brevemente con su mano a la multitud reunida en la Plaza San Pedro, bajo una persistente lluvia y un intenso frío. Los fieles estallaron en aplausos cuando la figura de Juan Pablo II se asomó por la ventana. Rezó por la paz en Tierra Santa y en el resto del mundo durante la misa de Gallo celebrada en la basílica de San Pedro y trasmitida en directo en 72 países. «Señor, te reconocemos como el único Dios. La humanidad entera, marcada por numerosos desafíos y numerosas dificultades, te necesita», dijo durante su corta homilía. El Papa deseó que «Tierra Santa pueda conocer tiempos de prosperidad y coexistencia pacífica, en el respeto recíproco de sus habitantes», durante la oración con los fieles. «Que sea una tierra segura y hospitalaria para los peregrinos y para aquellos que buscan la verdad», agregó. Varios miles de fieles asistieron en la basílica de San Pedro a esta 27 misa de gallo celebrada por el viejo Papa, de 84 años, que estuvo rodeado de cardenales y prelados de la curia romana. Otra oración fue consagrada a los gobernantes de las naciones y los responsables de las organizaciones internacionales para que «se comprometan a fondo para establecer la paz en el mundo». El Sumo Pontífice y los fieles rezaron finalmente para que «toda forma de vida, los niños de la calle, los enfermos y los abandonados sean respetados». Durante la ceremonia, el Papa dio la primera comunión a una treintena de fieles y doce niños procedentes de Perú, Guatemala, Corea, Congo, Australia e Italia, que le ofrecieron ramos de flores

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