La llamada Red de Expertos Independientes para los Derechos Fundamentales, presentó un informe al parlamento europeo en el que aconseja sancionar a los médicos que se acojan a la objeción de conciencia para no practicar abortos. La Red de Expertos que tiene como función “velar por la esencia de los valores fundamentales de Europa”, define el aborto como «derecho humano internacional», por encima de la «objeción religiosa de conciencia», y recomienda que se tomen medidas para que ningún médico pueda limitar ese «derecho inalienable” de la mujer. «Las conclusiones reflejan todos los argumentos presentados por el lobby para los derechos sexuales y reproductivos”, dijo Irene Donadío, en nombre de la Federación Internacional de Paternidad Planificada (IPPF), la internacional del aborto y la perversión de menores. También forman parte de la Red de Expertos, el Centro para los Derechos Reproductivos (Center for Reproductive Rights) y el grupo de apóstatas Católicas por el Derecho a Decidir -que también están actuando en Colombia y Brasil impulsando la legalización del aborto-, y la organización Slovakia Pro-Choice. El objetivo de esta jugada política es boicotear el acuerdo entre la Santa Sede y Eslovaquia, que prevee expresamente el reconocimiento del derecho natural a la objeción de conciencia del personal sanitario e investigador para negarse participar en abortos, la eutanasia, y las investigaciones con embriones. La asociación de apóstatas Católicas para el Derecho a Decidir y otras 500 organizaciones que se autotitulan abanderadas de los “derechos de la mujer y líderes de los derechos humanos”, presentaron una queja al parlamento europeo y a la prensa en la que se califica de “ultraje a las víctimas del holocausto” la comparación de entre las políticas de aborto y el holocausto nazi. La causa de la protesta fue una exposición organizada en noviembre pasado por eurodiputados polacos que equiparaba el aborto al holocausto, y que originó una trifulca verbal y física entre sus responsables y parlamentarias progresistas. La exposición fue cancelada el mismo día que se inauguró. La muestra, ideada entre otros por Maciej Giertich, dirigente de la nacionalista y católica Liga de las Familias de Polonia, tenía como motivo oficial el «derecho a la vida y la defensa de los niños» y se exhibió en una de las dependencias de la sede del Parlamento en Estrasburgo. Entre los paneles que la componían, uno relacionaba el aborto con una fotografía de niños en un campo de concentración en la Segunda Guerra Mundial lo que suscitó las protestas airadas de eurodiputadas socialistas como la portuguesa Ana Gomes o la alemana Lissy Grooner, que pidieron la retirada de la exposición.

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