Las palabras de Don Juan Carlos se refieren al caso de Balduino I que abdicó en 1990 durante 36 horas para no tener que poner su firma a la ley del aborto. Así es exactamente. El Rey Juan Carlos ha reforzado las declaraciones del ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, en las que aseguraba que el jefe del Estado refrendará la futura ley que permitirá el matrimonio homosexual. «Yo soy el Rey de España, no el Rey de Bélgica», ha dicho el monarca, dando a entender que no abdicará para evitar pronunciarse sobre las bodas de gays y lesbianas. Demasiadas esperanzas habían de que la noble realeza española no lo fuera solo de sangre sino también de virtudes, como fue el caso de su igual belga. Todo a partir de unas afirmaciones hechas a EL MUNDO por el secretario general de la Conferencia Episcopal, para quien la llamada a la objeción de conciencia hecha por la Iglesia a todos los católicos también se dirige al Rey. La solicitud todavía no ha llegado oficialmente a la Zarzuela.

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