(Agencias) El Vaticano, como toda la ciudad de Roma, reforzó de modo muy notable sus medidas de seguridad tras los atentados terroristas del 7 de julio en Londres. Aunque la mayor parte de los grupos islamistas amenazan sólo al Gobierno italiano, la Santa Sede es objetivo de los más exaltados que se valen del argumento de la guerra de civilizaciones. Por ese motivo el Gobierno de Silvio Berlusconi decidió blindar los alrededores de la Plaza de San Pedro hasta donde envió policías uniformados y de paisano, expertos en subsuelo, vehículos camuflados y cuantos medios de seguridad pudo movilizar.

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