El Silencio interior
El silencio no se reduce a la ausencia de palabras, sino a la disposición a escuchar otras voces: la de nuestro corazón y, sobre todo, la voz del Espíritu Santo.
El silencio no se reduce a la ausencia de palabras, sino a la disposición a escuchar otras voces: la de nuestro corazón y, sobre todo, la voz del Espíritu Santo.
De donde proviene que, además de la facultad natural de la razón, se impone divinamente al hombre la luz de la gracia por la cual el hombre es perfeccionado interiormente para la virtud, y esto en cuanto al conocimiento, puesto que al ser elevado el espíritu del hombre por esta...
Pues los trabajos apostólicos se ordenan a que, una vez hechos hijos de Dios por la fe y el bautismo, todos se reúnan para alabar a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la cena del Señor.
¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de tí?’.
La devoción de los dolores de María es fuente de Gracias porque llega a lo profundo del Corazón de Cristo.
La unión eucarística nos asocia de una manera misteriosa, pero realísima, a la vida intima de la Santísima Trinidad…
Mi vida es pues, ¡un disparo a la eternidad! El fin del hombre: ¡la divinización de su vida! La muerte no es sino el momento de entrar en la posesión descubierta de ese Dios que velado estaba vivificando mi vida.-
No tuvo miedo a recriminar en público la conducta del rey Herodes Antipas, aun arriesgándose al arresto y a morir decapitado por un capricho.
El alimento que nos sacia verdaderamente es solo aquel que nos da el Señor. Aprendamos a reconocer el falso pan que corrompe.