Secuestro y adoctrinamiento para sacerdotes: el comunismo chino oprime la libertad religiosa…


 


Desde el año 2018 el Frente Unido del PCCh ha lanzado una campaña para obligar al clero a unirse al Partido y a la Iglesia patriótica, abandonado la Iglesia clandestina, leal a la Iglesia Católica Romana.

 

 

El padre Xie Tianming, sacerdote clandestino de la diócesis de Baoding (Hebei), desapareció a las 18 horas del pasado lunes, según informó Asia News. Al mismo tiempo, otros 10 sacerdotes locales fueron liberados.

Por lo que se sabe hasta ahora, el padre Xie «desapareció» después de que decidió unirse a la Iglesia oficial, que está bajo el control del Partido Comunista de China (PCCh).

Cuando esto sucede, las autoridades se llevan a los clérigos, los retienen en un lugar secreto y los «reeducan» políticamente, es decir, les lavan el cerebro. Esto implica un largo período de supervisión hasta que los clérigos puedan demostrar que han cambiado de pensamiento.

Para unirse a la Iglesia oficial y ser dominados por el PCCh, los clérigos deben aceptar las prescripciones y someterse a sesiones obligatorias de adoctrinamiento político.
Desde que la Santa Sede y China firmaron un acuerdo sobre nombramientos episcopales en 2018, el Frente Unido del PCCh ha lanzado una campaña para obligar a los sacerdotes a unirse al Partido y a la Iglesia oficial. Por lo general, los que se niegan son expulsados de su parroquia o comunidad y terminan detenidos.

La comunidad clandestina de Baoding es una de las más antiguas de China

Según las fuentes, al menos diez de los sacerdotes de Baoding se unieron a la Iglesia oficial después de un período de «guan zhí».

Las autoridades finalmente los liberaron durante el año pasado, pero no sin obligarlos a participar en sesiones de adoctrinamiento. Como resultado, algunos se unieron a organizaciones oficiales, mientras que los que no lo hicieron son monitoreados y declarados incapaces de desempeñar su ministerio.

Un sacerdote clandestino liberado a principios de 2023 después de casi un año de supervisión explicó que no quería cambiar de posición. Ahora está confinado en su casa, vigilado por las autoridades y no puede llevar a cabo su labor pastoral.

La comunidad de Baoding es una de las más antiguas de China. Su obispo, James Su Zhimin , ha estado bajo custodia policial durante más de 25 años, después de pasar más de 40 años en campos de trabajos forzados bajo la dictadura de Mao Zedong.
La decisión del vicario del obispo Su, el obispo Francis An Shuxin , de unirse a la Iglesia oficial ha dividido a la comunidad católica local.

El padre Thomas es un sacerdote chino que estudia derecho canónico en el Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa de Pamplona. Puede estudiar en España gracias a una beca de estudios concedida por CARF Fundación. Relata cómo asisten a la santa Misa los católicos de su país: “Secelebra en una casa de una familia católica. Es como si fuera una reunión más de cualquier familia. Allí, el sacerdote clandestino, administra los sacramentos y predica. Ser perseguido por Cristo es una verdadera alegría”, afirma.

Cuenta que no tienen noticias de su obispo, que lleva 20 años en la cárcel, completamente desaparecido. “Los policías salen de caza con frecuencia para apresar a los jefes católicos. A pesar de esta persecución, en China la gente practica la fe y tiene mucho respeto al sacerdote”, dice el padre Thomas.

Entidades como CARF o Ayuda a la Iglesia Necesitada (asociación eclesial que depende de la Santa Sede) contribuyen a la formación de sacerdotes y seminaristas de China. “Los católicos no nos tenemos que olvidar que una parte de la Iglesia está sufriendo. Tenemos que apoyarles rezando o con ayudas económicas”, recuerda el sacerdote chino.