Ni las amenazas terroristas registradas por el gobierno filipino en los últimos días impidieron a los fieles católicos participar de la solemne procesión del Nazareno, el pasado lunes 9, en Manila, capital del país. Más de 9 millones de personas tomaron las calles y siguieron a un enorme auto con la imagen negra del Niño Jesús.
La imagen, que permanece en el Santuario de Quiapo, en Manila, partió del histórico Luneta Park, atravesó el centro de la capital filipina, culminando su peregrinación en la Basílica de Manila. Allá, fue homenajeada con la celebración de misas a cada hora, de forma ininterrumpida, hasta ayer 10. A pesar del miedo en relación a ataques, felizmente, nada sucedió.
Días antes de la solemne procesión, el presidente de Filipinas, Benigno Aquino, en persona, alertó a los fieles católicos sobre posibles atentados durante el evento. Conforme la Agencia Fides, las amenazas registradas por el gobierno podrían tener dos orígenes: del grupo terrorista islámico "Abu Sayyaf", localizado en el Sur del país, o de sectores anti-católicos y laicos.
Sobre la maciza participación de los fieles en la procesión incluso con amenazas de atentado habló a Fides el obispo auxiliar de Manila, Mons. Bernardino Cortez. Según él, muchas de las personas que fueron a la romería dijeron que si muriesen durante la procesión del Nazareno, cumpliendo un acto de fe, ciertamente irían al Paraíso. "El Nazareno hace milagros, un hermano en el sufrimiento, un mensaje de esperanza para los pobres: nada podrá detener a los fieles", aseveró.
Mons. Cortez destacó la devoción del pueblo filipino al Nazareno. Conforme el prelado, ella tiene hoy un profundo significado para el pueblo filipino, especialmente para los pobres. "Lo que es sorprendente es que el Nazareno es un punto de referencia sobre todo para los jóvenes, muy numerosos en el evento de hoy", subrayó.
A fin de difundir el culto al Nazareno más allá de la Arquidiócesis de Manila, el obispo auxiliar informó que ya fueron enviados a otras diócesis del país copias de la imagen negra del Niño Jesús. El objetivo, según él, es descentralizar el culto y permitir a todos los fieles vivir directamente esta devoción especial".
Cuenta la historia que la imagen del Nazareno se oscureció después de un incendio. El año era 1607, el lugar un navío. La imagen estaba siendo transportada de México a Filipinas cuando la embarcación se incendió. La imagen del Niño Jesús fue afectada y acabó quedando ennegrecida.
En otras dos ocasiones, la imagen además sufrió con incendios. En 1791 y 1929 la iglesia de Quiapo, que guarda al Nazareno, se quemó. A pesar del evento, nada ocurrió. También, la imagen escapó sin ningún arañón de los grandes terremotos de 1645 y 1863 y del bombardeo de Manila en 1945, durante la 2ª Guerra Mundial. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *