Schiavo murió el 31 de marzo tras casi una batalla legal entre su marido, partidario de que se le suspendiera su alimentación, en un proceso de eutanasia forzosa, y sus padres, que querían mantenerla con los cuidados mínimos para todo ser humano. Tras la muerte, la Santa Sede criticó el desenlace y recalcó el carácter sagrado de la vida y hoy el cardenal Renato Raffaele Martino recibió a los padres de Terri en su condición de presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz. Los padres de Schiavo agradecieron la actitud del Vaticano en el caso y aprovecharon para presentar la asociación que han creado en recuerdo de su hija y que tiene como misión la defensa de la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. El cardenal confirmó que los progenitores estarán presentes mañana en la audiencia pública semanal que el Papa celebra en San Pedro y expresó su apoyo a las intenciones de la asociación promovida por los Schiavo, con la defensa de la vida frente al aborto, la eutanasia, la pena de muerte, la guerra, el terrorismo y la manipulación o destrucción de embriones humanos.

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