Gulu (Agencia Fides) – Estamos desalentados, no parece que haya voluntad de hacer las paces sino de continuar por la vía militar» dice a la Agencia Fides un misionero de Gulu en el Norte Uganda dónde continúan, entre muchas dificultades, las negociaciones para poner fin a la guerrilla del ejército de Resistencia del Señor (LRA) tristemente conocido por los secuestros de niños reclutados a la fuerza en sus filas. Para favorecer la negociación, el gobierno estableció el alto al fuego en una pequeña área. El alto al fuego venció a finales del año pero el Presidente ugandés Museveni decidió prolongarlo. «Las negociaciones por lo tanto, continúan su curso, pero no se sabe todavía cuanto falta para llegar a la paz» añade la fuente de Fides. En todo caso «nuestra esperanza viene de Sudán donde la guerrilla ugandesa tiene sus bases. Se espera que el reciente acuerdo de paz que debería poner fin a la veinteñal guerra sudanesa también pueda traer buenos frutos aquí en Uganda». La guerrilla ugandesa en efecto ha estado apoyada por Sudán en respuesta al apoyo ofrecido por Kampala al SPLA, el ejército de Liberación del Pueblo Sudanés. Si cesase el apoyo sudanés el LRA sufriría un duro golpe que podría poner fin a su lucha. «En espera de la paz, la mayor parte de los habitantes de la región se ven obligados a vivir en los campos de refugiados, para huir de las violencias» dice la fuente de Fides. «Es triste ver a la gente languidecer sin hacer nada. Con el paso del tiempo se corre el peligro de que estas personas se acostumbren a no hacer nada. Dentro de poco vendrá la estación de la siembra, pero poco irán a cultivar sus terrenos porque no se sienten todavía seguros. Se está difundiendo la mentalidad de que aunque no trabajen pueden conseguir la comida que viene de las ayudas humanitarias» afirma el misionero. «La paz por lo tanto es fundamental para poder garantizar la dignidad de la población.» Un elemento importante en esta situación es garantizar la educación de los jóvenes «Misioneros y voluntarios del AVSI (Asociación Voluntarios para el Desarrollo Internacional) están dando una gran contribución al nuevo año escolar que se abre dentro de pocos días» afirma la fuente de Fides. «Los misioneros han cavado pozos para las escuelas, garantizan las comidas a los alumnos y tratan de salir al encuentro de las necesidades de los alumnos y maestros, que tienen una tarea nada fácil, teniendo en cuenta que cada clase tiene una media de 80 a 110 alumnos muchos de las cuales han sido niños soldado».

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