CIUDAD DEL VATICANO, 13 DIC 2004 (VIS).-Juan Pablo II recibió esta mañana a los miembros de la Fraternidad de los Hijos y de las Hijas de la Cruz, acompañados por el cardenal Andrzej Maria Deskur. Tras poner de relieve que este encuentro tenía «un valor especial» porque se celebraba pocos días después de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, el Santo Padre recordó que la espiritualidad de los miembros de este instituto estaba «impregnada de devoción y de amor a la Virgen Madre de Dios». «Amad a la Virgen -continuó-, a la que os habéis consagrado totalmente y sed como Ella, discípulos fieles de Cristo. Servid a la Iglesia con entusiasmo, cultivando la unidad y la plena sintonía con los pastores de las comunidades cristianas a las que ofrecéis vuestra cooperación pastoral. De esta manera seréis testigos eficaces de Aquel, que desde lo alto de la Cruz, nos ha confiado a todos como hijos a su Madre dulcísima». El Papa concluyó pidiendo a la Inmaculada que siga guiando los pasos de los Hijos e Hijas de la Cruz y que les ayudase a parecerse «cada vez más a Jesús, que dentro de pocos días contemplaremos como un Niño en el misterio de la Santa Navidad».

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