El Señor nos ha dicho que la Iglesia tendría que sufrir… 


El 21 de mayo de 2016 el Papa emérito Benedicto XVI confirmó a través de un comunicado de la Oficina de Prensa del Vaticano que el Tercer Secreto de Fátima está publicado en su totalidad, es decir, no queda nada por ser revelado.

Benedicto XVI se vio obligado a realizar estas declaraciones después de que diversos medios de comunicación publicaran que el Vaticano no habría dado a conocer todo el contenido del mismo según afirmó un profesor alemán.

El comunicado enviado por la Santa Sede explicó lo siguiente: “algunos artículos publicados recientemente atribuyen al profesor Ingo Dollinger declaraciones según las cuales el cardenal Joseph Ratzinger, después de la publicación, en junio del año 2000, del Tercer secreto de Fátima, le habría confiado que dicha publicación no era completa”.

“A tal propósito, el Papa emérito Benedicto XVI comunica que ‘no ha hablado nunca con el profesor Dollinger acerca de Fátima’ y afirma claramente que las frases atribuidas al profesor Dollinger sobre ese tema son ‘pura invención, absolutamente no verdaderas’ y reitera decididamente: ‘La publicación del Tercer secreto de Fátima es completa’”, añadió el comunicado.

La Tercera parte del secreto de Fátima fue revelado el 13 de julio de 1917 a los tres pastorcillos en la Cova da Iria y transcrito por Sor Lucía el 3 de enero de 1944.

Fue hecho público por el Secretario de Estado, Cardenal Angelo Sodano, el 13 de mayo del 2000.

Desde la opinión del periodista Antonio Socci, según el cual el cardenal Joseph Ratzinger amplía el contenido de la comprensión del secreto siendo Benedicto XVI  en el año 2010.
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De dar soporte teológico a que el obispo vestido de blanco que es asesinado en la visión de Sor Lucía era Juan Pablo II y por lo tanto las profecías de Fátima se cumplían en el atentado de ese 13 de Mayo, a la idea que expresó de que la profecía no estaba cerrada, no hay una contradicción sino una profundización y amplitud de la comprensión del contenido, y de la imagen de un Obispo vestido de blanco herido mortalmente.

Socci investiga y entonces encuentra una fecha que marca un punto de inflexión en el pensamiento de Benedicto XVI sobre Fátima: 13 de mayo de 2010.

Dice Socci:

“En ese momento la Iglesia estaba realmente bajo un fuerte ataque y en el aniversario de la primera aparición, el Papa decidió – muy rápidamente y sorpresivamente – ir al santuario de peregrinación portuguesa.

Allí, durante el viaje y durante su estancia, pronunció palabras sorprendentes. S.S. Benedicto XVI dijo: ‘sería un error pensar que la misión profética de Fátima llegó a la conclusión.’

A continuación, en referencia a la ‘visión’, publicada en el 2000 por el Vaticano, explicó que – junto con el sufrimiento del Papa, que ‘puede referirse en primera instancia a Juan Pablo II’ – en el Mensaje de Fátima hay mucho más.

Porque ‘se indican realidades sobre el futuro de la Iglesia, que están tomando forma poco a poco y se muestran también los sufrimientos de la Iglesia y se anuncia… una pasión de la Iglesia’.

Entre la novedad del mensaje ‘también está el hecho de que no sólo vienen de ataques externos… sino que los sufrimientos de la Iglesia proceden precisamente de dentro de la Iglesia, del pecado que existe dentro de la Iglesia’.

Y de hecho agregó ‘la más grande la persecución de la Iglesia no viene de sus enemigos de afuera, sino que surge de pecado dentro de la Iglesia’”.

Es cuando Benedicto XVI llega a la conclusión de que hay que volver a lo esencial, “la conversión, la oración, la penitencia y las tres virtudes teologales”.

Dice Socci que el Papa puso en marcha la alarma porque “la fe en muchas regiones del mundo, está en riesgo de apagarse como una llama que ya no se alimenta”.

Y esto, añadió el Pontífice, implica tiene un terrible reflexión sobre el mundo, debido a que “el hombre ha tenido éxito en el desencadenamiento de un ciclo de muerte y terror, pero no lo puede detener”.

Por lo tanto Socci concluye:

“En resumen, el 13 de mayo de 2010 el Papa deja claro: que el mensaje de Fátima no termina en el pasado, en el ataque a Juan Pablo II por Alì Agca.

Entonces usted necesita escuchar la exhortación de la Madonna a la conversión, la penitencia y la oración por la Iglesia que está bajo ataque (incluso desde el interior) y por la fe que se está apagando en muchas partes del mundo.

Y por último, porque la humanidad es probable que termine en un abismo”.

Esto constituye una advertencia dramática para la Iglesia y para la humanidad, sobre la que parece pesar una enorme espada de Damocles.

En el texto inédito publicado por las monjas, el diario de la hermana Lucía relata cómo se sobrepuso a la dificultad de escribir el ‘tercer secreto’ requerido por la autoridad eclesiástica.

Texto clave de la entrevista:

«De este modo, diría también aquí que, además de la gran visión del sufrimiento del Papa, que podemos referir al Papa Juan Pablo II en primera instancia, se indican realidades del futuro de la Iglesia, que se desarrollan y se muestran paulatinamente. Por eso, es verdad que además del momento indicado en la visión, se habla, se ve la necesidad de una pasión de la Iglesia, que naturalmente se refleja en la persona del Papa, pero el Papa está por la Iglesia y, por tanto, son sufrimientos de la Iglesia los que se anuncian. El Señor nos ha dicho que la Iglesia tendría que sufrir siempre, de diversos modos, hasta el fin del mundo. Lo importante es que el mensaje, la respuesta de Fátima, no tiene que ver sustancialmente con devociones particulares, sino con la respuesta fundamental, es decir, la conversión permanente, la penitencia, la oración, y las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. De este modo, vemos aquí la respuesta verdadera y fundamental que la Iglesia debe dar, que nosotros —cada persona — debemos dar en esta situación. La novedad que podemos descubrir hoy en este mensaje reside en el hecho de que los ataques al Papa y a la Iglesia no sólo vienen de fuera, sino que los sufrimientos de la Iglesia proceden precisamente de dentro de la Iglesia, del pecado que hay en la Iglesia. También esto se ha sabido siempre, pero hoy lo vemos de modo realmente tremendo: que la mayor persecución de la Iglesia no procede de los enemigos externos, sino que nace del pecado en la Iglesia y que la Iglesia, por tanto, tiene una profunda necesidad de volver a aprender la penitencia, de aceptar la purificación, de aprender, por una parte, el perdón, pero también la necesidad de la justicia. El perdón no sustituye la justicia. En una palabra, debemos volver a aprender estas cosas esenciales: la conversión, la oración, la penitencia y las virtudes teologales. De este modo, respondemos, somos realistas al esperar que el mal ataca siempre, ataca desde el interior y el exterior, pero también que las fuerzas del bien están presentes y que, al final, el Señor es más fuerte que el mal, y la Virgen para nosotros es la garantía visible y materna de la bondad de Dios, que es siempre la última palabra de la historia.»

Documento completo en vatican.va

Socci dice que el contexto específico del texto clave es de 1944.

Y se trata, de luego que Sor Lucía superara el terror de lo que había visto y oído antes, con la escritura por el tercer secreto de Fátima, que puede leer aquí.

Y Socci añade:

El texto inédito que acabo de mencionar es un documento muy interesante, donde desde de adentro se confirma con facilidad la reconstrucción histórica de que el Tercer Secreto se compone de dos partes:

Una, la visión, que fue escrita y enviada antes.

Mientras que la otra – que en las palabras de la Virgen María es el “significado” de la propia visión -, fue escrita y enviada más tarde.

Es el famoso y misterioso “anexo” que dio a entender Capovilla.

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Este es el texto, que todavía no está publicado, que presumiblemente es la parte que más asustó a la hermana Lucía.

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La misma parte que asustó a Juan XXIII (pero también antes de él, al Papa Pío XII) y Roncalli decidió no revelarlo.

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Porque – a su juicio – podría ser sólo un pensamiento de la Hermana Lucía y no tendría origen sobrenatural.

Y continúa:

La visión que acabo de mencionar se refiere a los dos elementos que se supone están contenidos en el texto inédito del Secreto:

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-la profecía de una inmensa tragedia para el mundo y

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-una gran apostasía y crisis en la Iglesia.

Una prueba apocalíptica al final de la cual dijo Nuestra misma Señora en Fátima: ‘Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

En este esperado “triunfo” al que en 2010 hizo referencia Benedicto XVI:

“Que los siete años que nos separan del centenario de las Apariciones (2017) aceleren el triunfo del Inmaculado Corazón de María, a la gloria de la Santísima Trinidad”.

¿Cuál es la tercera parte del secreto o «tercer secreto»?

Esto es lo que Sor Lucía escribió:

«Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz que es Dios: ‘algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él’ a un Obispo vestido de blanco ‘hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre’. También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron uno tras otro los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios».

En una carta del 12 mayo de 1982 dirigida a San Juan Pablo II, Sor Lucía escribió:

«La tercera parte del secreto se refiere a las palabras de la Virgen [en la segunda parte del secreto]: ‘Si atendieran mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán aniquiladas’».

En términos generales, la tercera parte del secreto se refiere al conflicto del siglo XX entre la Iglesia y la Rusia comunista.

El ángel con la espada de fuego representa el juicio que caería sobre el mundo si no fuera por la intercesión de María (que irradia la luz que detiene la espada de fuego).