La Conferencia Episcopal Española (CEE) respaldó ayer por fin la manifestación convocada para el 18 de junio para protestar contra el matrimonio homosexual, al estimar que los fieles laicos «responden adecuadamente al desafío planteado». Aunque la Conferencia Episcopal ha venido reiterando que como institución no «ha convocado» tal manifestación –matizando siempre que los católicos tienen derecho a expresar libremente su opinión utilizando medios democráticos–, ayer, tras el «goteo» de distintos obispados en los últimos días expresando su claro apoyo a título individual, el Comité Ejecutivo de la CEE se pronunció oficialmente en la misma línea. En una breve nota, emitida poco antes de las 19.00, los obispos españoles aseguran que la causa de la convocatoria es «justa», al estimar que la legislación que autorizaría las bodas entre personas del mismo sexo es una cuestión «de la mayor trascendencia moral y social» que exige de los ciudadanos, en particular de los católicos, «una respuesta clara e incisiva por todos los medios legítimos». El cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, comunicó también ayer que «asume, en todos y cada uno de sus términos, la nota publicada por el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española» ante la citada manifestación. Amigo había desestimado días antes la opción de animar a los fieles de su archidiócesis a acudir a la protesta. A juicio de los obispos, se trata de una iniciativa más de otras planteadas por la sociedad, a través de diversas instancias, de rechazo a «una legislación tan injusta y contraria a la razón». «Los fieles responden adecuadamente al desafío planteado cuando hacen uso de sus derechos democráticos a expresar su desacuerdo manifestándose pacíficamente. Es un modo legítimo de cumplir con su deber al servicio del bien común», dice el comunicado.

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