Bagdad, 2 ago (FED).-Zina Badjet Girgis, una cristiana católica de 36 años, asistía a una ceremonia en la iglesia de Sadeyak al-Naga cuando uno de los coche bomba estalló y destruyó parte de la entrada del templo; salió en medio del humo y la confusión, ilesa y confiesa que lloró toda la noche. Otras cinco explosiones afectaron a otros tantos templos cristianos en Bagdad y Mosul. Líderes religiosos, cristianos y musulmanes, cerraron filas esta mañana y coincidieron en condenar la masacre y tildarla de «crimen inhumano», además de llamar a la unidad multiconfesional, contra el terrorismo. El padre Boulus, religioso católico, dijo:»Debemos quedarnos, nos quedaremos, porque esta es nuestra tierra y en ella moriremos. Los culpables tendrán que responder ante el Altísimo, no son iraquíes ni extranjeros, son gente sin Dios».

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